André Araújo*
Quien plantea lo anterior es Martin Wolf, el periodista más informado del Financial Times.
En la edición del 18 de septiembre pasado, el columnista demuestra que la concentración del ingreso está liquidando a las sólidas sociedades de clase media, como Estados Unidos y el Reino Unido. Las generaciones de pos-guerra tenían la certeza de que sus hijos aspirarían a un mayor ingreso que los padres en las décadas de los 40, 50 y 60. A partir de la década de los 70, la curva se invirtió, los hijos pasaron a tener ingresos menores que sus padres, y el proceso se agravó sustancialmente a partir de 1990, llegando a un anticlímax después de la crisis de 2008, cuando hoy el 1% de los multimillonarios detentan e 54% de la riqueza mundial y un CEO (Ejecutivo en jefe) gana 300 veces más que un obrero, cuando, en los años de pos-guerra, la relación era de 40 a 1.
La concentración del ingreso se volvió avasalladora y está produciendo mares de miseria en el mundo. Pero la crisis del capitalismo financiero depredador no es que venga de abajo, ella es entrópica, porque es autodestructiva, sus propios métodos la llevaron a su implosión sistémica. La concentración obstaculiza el crecimiento y este es esencial para la propia existencia de ese capitalismo que no puede parar.
Escudriñar los elementos de la crisis
Este es mi análisis y no del Financial Times:
1.-Eliminación de barreras a las fusiones y adquisiciones
A partir de las políticas Margaret Thatcher y Ronald Reagan en el corazón del capitalismo anglo-americano, se eliminaron casi por completo las barreras para que las empresas compraran otras al infinito. A cada compra, hay desempleo de miles de trabajadores y cientos de ejecutivos de nivel medio. Fusiones absurdas, como la de Dow Chemical y la Dupont, dos gigantes que competían entre sí hace un siglo, o la de Bayer y Monsanto, dos competidores globales en productos agrícolas, eliminando la competencia, que es una de las bases del capitalismo de mercado, permitiendo oligopolios en precios y patentes. Las economías de escala son apropiadas por las empresas y no traen ventaja alguna a los consumidores o a los países.
2.-Disminución en el pago de impuestos
Las megaempresas resultantes de fusiones tienen como uno de sus principales objetivos una reducción de los impuestos y la propia fisión genera créditos fiscales que harán a la nueva empresa fusionada pagar menos impuestos sobre ingresos, volviendo ventajoso, por el tamaño, transferir ganancias hacia paraísos fiscales. Hoy, las corporaciones norteamericanas, tienen 6 veces más lucros estacionados en paraísos fiscales que en su propio país. Con esto, perjudican tanto a su país-sede como a los países donde operan. La exención fiscal significa que estas empresas gocen de servicios públicos en los países huéspedes, pero no pagan sus costos, perjudicando a los demás ciudadanos que tienen que pagar más impuestos para aliviar a las mega corporaciones de su cuota en la manutención del Estado.
3.-Transferencia de fábricas hacia países con bajos salarios
Proceso largamente usado por las corporaciones multinacionales, que creó mares de desempleados en países centrales y también en los países emergentes de industrialización tardía. Los beneficios para la economía en salarios e impuestos favorecieron especialmente a accionistas y, en menor escala, al consumidor. Pero, al crear desempleo continuamente empobrece mercados consumidores, que se quedarán sin ingresos para comprar sus productos. En el uso de cadenas productivas globales, las empresas generan subastas de impuestos y de ventajas entre países, cambian la fábrica hacia el país que otorga terrenos gratuitos, créditos, ventajas, entrenamiento, infraestructura y exenciones fiscales. Pero, al empobrecer regiones y países, aumentando con esto sus ganancias, van en el camino reduciendo el ingreso a donde se van y, a veces, de sus propios países de origen, beneficiando en todo a la empresa desde el punto de vista micro. Del otro lado, el mercado consumidor se deprime; cada empresa gana, pero el conjunto de las empresas pierde consumidores, fenómeno que ocurre gradualmente a medida que se crea desempleo en países que perdieron fábricas, como el Reino Unido, Brasil y Argentina. Los desempleados no compran ropa hecha en China, porque ya no tienen ingreso.
4.-Poder excesivo sobre consumidores y proveedores.
Mientras más concentrado el mercado, en cada vez menos empresas, menor margen de libertad del consumidor y del proveedor de esas empresas.
Cuando la Nestlé compró Chocolates Garoto (en Brasil), cerca de la mitad de las marcas de chocolate del país quedó bajo el control de una sola empresa, transacción que jamás debió de ser aprobada por las autoridades. Este proceso aprisiona consumidores y proveedores. Esto solamente es bueno para el accionista y para nadie más, es un proceso autocanibal y destructivo, la competencia es la esencia del capitalismo y su eliminación es peligrosa para el propio sistema.
5.-Control político de gobiernos y congresos
Amentando el poder de las corporaciones multinacionales, el proceso se da reduciendo el poder de los Estados para tazar y regular estas empresas, un proceso dañino para la sociedad en general y de enfrentamiento con los Estados que pierden la capacidad de controlar.
Todo para el accionista y nada para la sociedad
La lógica del actual sistema es dar todo a los accionistas contra los derechos de los trabajadores, de los consumidores y de los Estados, es una ideología que viene de los años Thatcher y Reagan.
No existía semejante concepto entre 1900 y 1970, recordando que el grupo Standard Oil fue, por decisión del presidente Theodore Roosevelt, fue dividido en seis partes, una concentración en una sola empresa era vista como peligrosa para el país y la sociedad. La División Antitrust del Departamento de Justicia de los EUA, entre su creación, en 1903, y 1978, vetó cerca de 6 700 fusiones, por estar contra el interés público.
Los bancos en los EUA solamente podían existir en un estado, en ciertos estados, apenas en una única ciudad. Los bancos tampoco podían controlar corredurías de Bolsa, aseguradoras y fondos de inversión. A partir del gobierno de Reagan, se eliminaron estas barreras y se permitió una libre concentración libre en el mercado financiero, lo cual resultó en la crisis de 2008, salvada por el tesoro, es decir, por el gobierno de los EUA; la desregulación generó la crisis de 2008.
Todo para que la parte de capital del ingreso nacional aumente, al mismo tiempo en que se debilita al Estado, y así pierde fuerza para regular a las empresas y queda dependiendo de los “mercados” para su financiamiento por la vía de la deuda pública.
Con este proceso, se logra el objetivo mayor del capitalismo depredador: Controlar la política monetaria mediante el Banco Central dominado por los “mercados”, o sea la política económica, manejada por un ejecutivo de “mercado” y con esto, el control del Estado por un prefecto. El control real del estado es el del capitalismo depredador.
¿Por qué el capitalismo depredador no logra ver riesgos?
Porque es de su propia naturaleza operar sin autocontención, sin límites. Las escuelas de administración a través del mundo, cuya expansión se dio a gran escala a partir de los años 70, son “madrastras” de lavado cerebral, para moldear ejecutivos en la religión del “recorte de costos”, no importa el riesgo que tal proceso pueda generar. Solamente el Estado puede contener este tipo de sistema depredador, que, dejado a sus propias razones, destruirá el equilibrio social y el medio ambiente y traerá, a gran escala, el aumento de la criminalidad, de las enfermedades mentales, del uso del alcohol y las drogas, de las rupturas sociales y de la humanidad.
*MSIa Informa