El desarrollo adecuado del pene fetal necesita no solo testosterona de los testículos, sino también una segunda hormona producida por otros tejidos, incluida la placenta.
Que un embrión incorpore el cromosoma Y de su padre es algo que puede ocurrir desde el primer momento de su fecundación.
De llevarlo, será genéticamente un niño.
Según un estudio, para la masculinización del feto y que el pene se desarrolle de forma adecuada, se necesita testosterona de los testículos y una fuente de ‘supertestosterona’ (también llamada DHT por su composición bioquímica, la 5-dihidrotestosterona) que procede tanto de los testículos como de otros órganos.
En la placenta, la progesterona participa en la síntesis de androsterona, otra hormona capaz de producir supertestosterona DHT.
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