Marco Aurelio Hernández piloteó más de una vez el avión que ayer se desplomó en La Habana, Cuba.
El ex piloto de Aerolíneas Damojh denunció en varias ocasiones que debió usar aeronaves con llantas ponchadas, voló por Sudamérica sin radar, los motores fallaron en algunos vuelos y a los mecánicos les hacían falta refacciones para reparar las aeronaves.
Ayer, después de años de denunciarlo, sucedió lo que temía y vaticinaba: un Boeing 737 – 200 de la empresa para la que trabajó por ocho años se cayó poco después de despegar con 110 personas a bordo, toda la tripulación, incluido su compañero el capitán Jorge Luis Núñez, murió en el accidente.
“Yo tengo aquí la levanté en octubre de 2013, aquí la tengo a la mano, una demanda por falta de mantenimiento de los aviones, hay personas muy capacitadas como mecánicos, pero les faltan refacciones, les faltan cuidados que el señor les consiga las partes que son necesarias para que los aviones estén, si no al 100, sí al 80 al 90 por ciento”, dice en entrevista para Milenio.
RELATA VARIOS INCIDENTES
Hernández trabajó para Aerolíneas Damojh de 2005 a 2013 y desde un inicio mantuvo al tanto a Manuel Rodríguez Campo, propietario de la empresa, de las irregularidades de las aeronaves que piloteó sin respuesta.
“Varios incidentes tuve en esta compañía como fallo de motor, como se nos fue el sistema eléctrico despegando de México en una ocasión yo venía a bordo, íbamos México-Cuba, el jefe de mantenimiento iba a bordo también, tuvimos que regresar y reparar las líneas de electricidad”, relata.
Hernández voló tres aviones distintos, todos Boeing 737, con las matrículas XA-TWR, XA-UMQ y la XA-UHZ, esta última fue la que se desplomó en La Habana, Cuba.
Sobre el mantenimiento de las aeronaves, Marco Aurelio explica que el servicio no es por años, como dijo la empresa tras el accidente en Cuba, sino por las horas de vuelo que acumulen los aviones.
“Es por tiempo, por horas, por lo regular los de mantenimiento son los que llevan ese récord, por tiempo o por horas y dependiendo de lo que tengamos en las luces, las warning lights en el avión que se prendan”.
JORGE NÚÑEZ ERA UN GRAN PILOTO
En uno de los Boeing 737 propiedad de Global Air, Marco Hernández y Jorge Luis Núñez, capitán que murió en el accidente de Cuba, trabajaron por dos meses en vuelos por Santiago de Chile.
En ese tiempo se intercambiaban el puesto: un día uno era el capitán y al otro día el primer oficial.
“Estuvimos casi dos meses volando así los dos juntos, un compañero muy capaz, muy preparado, muy serio, no sé qué le haya pasado a Núñez”, relata el ex piloto, quien a lo largo de su carrera trabajó para Aerolíneas Internacionales, para la extinta Taesa y por seis años como piloto en la PGR.
EN CHILE LES ADVIRTIERON QUE NO LOS DEJARÍAN VOLAR
Hernández recuerda que en una ocasión un inspector chileno les dijo que no volaran en ese país por las anomalías que presentaba la aeronave de matrícula XA-TWR.
“Pero las anomalías que tenían los aviones en Santiago de Chile nos lo dijo los inspectores: ‘este avión es una cafetera, te regresas porque esta basura no va a volar en Chile’, tengo aquí en las manos donde levanté un acta por falta de mantenimiento y porque el avión ya había rendido lo que había rendido en el fuselaje, ese fuselaje ya estaba vencido”, explica y muestra la denuncia de hechos, de la que MILENIO tiene una copia, presentada el 14 de octubre de 2013 ante Alexandro Argudin Le Roy, quien en ese entonces era el director general de Aeronáutica Civil de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
VUELOS NOCTURNOS SIN RADAR
En otra ocasión, Hernández y su tripulación volaron por tres meses por Venezuela e hicieron vuelos nocturnos sin radar, “y si no volábamos nos quitaban el contrato, total que si nos quitaban el contrato nos quedábamos sin trabajo”.
Marco Aurelio renunció a su trabajo como piloto de la empresa cuando, después de años de pedir mejor condiciones laborales, unas horas antes de subir a vuelo Ciudad Juárez-Ciudad de México, tuvo un derrame cerebral.
Al pedir ayuda a la empresa no fue hospitalizado, sino que lo enviaron en autobús desde la frontera norte hasta la capital, donde finalmente un paramédico logró estabilizarlo y recibió atención médica.
Todas las irregularidades las denunció ante la Secretaría de Relaciones y Transportes y, desde 2013, Marco Aurelio mantiene activa una denuncia en contra de Manuel Rodríguez Campo, propietario de la empresa, “sí hay que mandar una inspección fuerte a esta compañía Dajouh para que ya no sigan con estas situaciones y no se pierdan más vidas inocentes que van, que pagan su boleto, este señor cobra y cobra”.
Fuente: Milenio