El excepcionalismo continúa cavando su tumba en Medio Oriente y Asia

 

MSIA INFORMA

La desesperación del poder anglo-americano ante la inocultable erosión de la influencia estadounidense en regiones cruciales, como el Oriente Medio y Asia, parece que está llevando a aquellos oligarcas a iniciativas que se asemejan a los proverbiales tiros por la culata.

 

Uno de estos, fue el desastroso anuncio de la creación de una “fuerza policíaca” de 30 mil hombres para patrullar la frontera norte de Siria con Turquía, que no pasa de ser un vil disfraz para asegurar una presencia militar estadounidense en territorio sirio, después de la invasión de yihadistas del país.

 

En tanto la fuerza sería formada principalmente por combatientes kurdos de llamado Ejército Libre de Siria (FSA), complementados por antiguos elementos del Estado Islámico (EI), era evidente que Turquía se opondría a la medida, lo que realmente ocurrió, y de la forma más contundente.

 

OPERACIÓN RAMO DE OLIVA

El sábado 20 de enero, fuerzas militares turcas desarrollaron un vigoroso ataque contra el enclave turco de Afrin, al norte de Siria, con la anunciada intención de neutralizar a las milicias kurdas dueñas y señoras del área, por ende, tratadas por Ankara parte de las redes del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), organización separatista catalogada de terrorista tanto por el gobierno turco como por los EUA y sus aliados en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

 

Al contrario de lo que ocurría hasta hace poco, la operación (con el irónico nombre Ramo de Oliva) fue comunicada a Washington de pasada, pero fue debidamente negociada con Moscú, hacia donde el presidente Recep Erdogan envió a sus jefes del Estado Mayor y del servicio de inteligencia; además se arregló una conversación telefónica del jefe del Ejército con su contraparte en Teherán.

 

Por su parte, Moscú había recibido la visita de altos representantes kurdos, ante los cuales propuso la transferencia inmediata del control de toda el área al gobierno de Damasco, a cambio de la garantía de la cancelación de la operación militar turca. Ante la negativa, la diplomacia rusa se lavó las manos, limitándose a retirar a su personal militar del área y pedir “restricción” a los dos lados.

 

A pesar de que Afrin está lejos del área donde los EU pretendían consolidar un “Kurdistán Sirio”, con derecho a su propia fuerza militar y apoyada por la presencia permanente de fuerzas estadounidenses, la embestida turca, independientemente de los resultados que se obtuvieran, deja clara la falta de disposición de Erdogan y compañía de tolerar semejante componenda, perjudicado por el malogrado intento de “independencia” de los territorios kurdos del vecino Irak, en noviembre último.

 

GOBIERNO SIRIO NO CONFRONTA A LOS TURCOS

Es igualmente significativo que el gobierno sirio no haya ido más allá de emitir protestas formales ante la operación turca, incluso porque sus fuerzas militares, apoyadas por la coalición Rusia-irán-Hezbolá, están bastante ocupadas y atareadas en limpiar de yihadistas otras regiones críticas, como Idlib, al sur de Afrin, y no tendrían nada que ganar confrontando a los turcos.

 

En el momento en que escribimos esta nota, tanto los resultados como la duración de la operación turca son inciertos, pero el solo hecho de haber sido desatado contra los deseos de Washington y en entendimiento con Moscú y Teherán denota un cambio geopolítico inusitado para el Gran Oriente Medio.

 

Otra palada en la fosa del “excepcionalismo” puede ser Ucrania, donde está en marcha lo que parece ser una decisión de provocar una confrontación decisiva con las provincias orientales de Donetsk y Lugansk y, por lo tanto, con Rusia, con el abandono definitivo de los Acuerdos de Minsk 2 que, dicho sea de paso, Kiev nunca demostró alguna intención de implementar.

 

El pretendido ataque podría basarse en la votación de una nueva ley de “reintegración de Donbass (Este de Ucrania)” por el Parlamento ucraniano del 18 de enero pasado, la cual está siendo considerada en Rusia como una auténtica declaración de guerra. Aunque la oposición haya conseguido demorar la discusión final hasta inicios de febrero y necesite la aprobación del presidente Petro Poroshenko, pocos analistas dudan que este último, considerado un notorio empleado de Washington, disponga de amplias condiciones para aprobarla.

 

UCRANIA, ¿INICIARÁ LA GUERRA?

En un artículo publicado en el sitio Russia-Insider del 22 de enero pasado, el veterano Gilbert Doctorow, uno de los mejores analistas de asuntos rusos que se puede encontrar en Internet, comentó las observaciones del periodista ruso Dmitry Kiselyov, director de la agencia oficial Rossiya Segodnya y sub-director de la televisión estatal VGTRK, en su programa nocturno del domingo.

 

De acuerdo con Kiselyov, la nueva ley, que espera la firma de Poroshenko, termina la participación de Kiev en los Acuerdos de Minsk y se prepara para la guerra. La misión en Donbass es más descrita como una “operación antiterrorista”. Ahora, la misión es mandar fuerzas armadas contra “formaciones militares de la Federación Rusa” en Donbass. Se creó un QG militar para coordinar la operación militar a ser desarrollada en Donbass.

 

Mientras, hasta ahora, las auto-declaradas repúblicas de Donetsk y Lugansk fueron consideradas por los Acuerdos de Minsk como partes negociadoras. Pero de ahora en adelante serán vistas solamente como “administraciones de ocupación” de la Federación Rusa en estos territorios. Rusia es identificada como un “agresor”, dice Kiselyov. “Esto torna todo más conveniente para Ucrania iniciar una guerra”. Así, Poroshenko preparó el camino para no pagar las deudas externas del país. De esta manera se preparó para permanecer en el poder para siempre.

 

Doctorow apunta a los interesados en un conflicto y algunos de los riesgos involucrados:

“Además de Kiev, ¿quién más quiere una gran guerra en Ucrania? Europa, de su parte, está harta de Ucrania. (El presidente francés) Macron y (la canciller alemana) Merkel no están más dispuestos a seguir con el formato de negociaciones de Normandía (involucrando a Ucrania, Alemania, Francia y Rusia).

 

“Los EUA se presentan, aún, como partidarios de la guerra. Washington comenzó a dar gratuitamente armamento letal a Kiev, incluyendo el sistema antitanques Javelin. Los instructores ya están en la localidad. Los EUA presupuestaron 350 millones para la guerra en Ucrania.

 

“¿Y qué dice Rusia de todo esto? Según Kiselyov, para Rusia, lo mejor sería quedar con Minsk. Pero parece que no hay regreso”.

 

A pesar de su gravedad, la situación podría prestarse para una definición de caminos, en cuanto a las alianzas con las que cuenta Washington para sus planes. Como se está viendo en el Oriente Medio, no sería sorprendente que algunos antiguos aliados europeos importantes se nieguen a participar en una aventura suicida de los pirómanos estadounidenses.

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