El Plan B del Peñismo y del resquebrajado PRI

 

Por Mouris Salloum George*

Suena muy ruda la vieja conseja popular: Las ratas son las primeras en abandonar el barco (en inminente hundimiento). Más perdonable es la otra: ¡Sálvese el que pueda!

 

Lo que en este momento es un secreto a voces, es que el candidato presidencial del PRI, José Antonio Meade Kuribeña, ha quedado en la estacada.

 

Los económicamente poderosos están nerviosos: Maniobran para que se abra la opción de que un candidato presidencial “decline”. La lectura común de los que saben o creen saben, es que el potencial aspirante candidato al sacrificio sería el ex secretario de Hacienda, en favor del panista Ricardo Anaya Cortés.

 

La raíz de ese árbol que nació torcido se fertilizó en la Asamblea Nacional de agosto pasado del PRI, en la que se resolvió la reforma estatutaria para abrir espacio a un candidato simpatizante. Ahora ya se sabe quien.

 

El primer signo fue la rebelión de militantes del priísmo histórico, que se sintieron indignados por una razón: En la circunstancia actual en la que se encuentra atrapado el PRI, no está para ensayos. Es un salto al vacío sin red de protección.

 

No es para menos: Desde 2012, el PRI ha perdido casi cinco millones de votos. Ha dejado de ser gobierno en más de la mitad de las entidades de la República. No han podido con el paquete seis dirigentes nacionales, que fueron echados por no poder sacar el buey de la barranca.

 

En ese proceso de descomposición sexenal, lo que quedó en evidencias de que el PRI se quedó sin cuadros propios para contender por sus propios medios en la sucesión presidencial.

 

El que encuentre chaleco salvavidas, que se lo ponga

¿Qué hace todo cuadro político militante que cultiva aspiraciones para procurar futuro? Tomar el primer chaleco salvavidas disponible.

 

Algunos priístas que ya pasaron por las gobernaciones de sus estados y los que fueron eliminados en su búsqueda del palacio de gobierno en 2018, se han abrazado a su última tabla: De lo perdido, lo que aparezca.

 

El fallido ex presidente nacional priista, Enrique Ochoa Reza se hizo de una candidatura plurinominal en la próxima diputación federal. Obvio, en los primeros lugares de la lista.

 

El más humillado de los pretendientes de la candidatura presidencial, el ex secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong se conformó con una candidatura de lista nacional al Senado.

 

La dos veces secretaria del gabinete presidencial y secretaria general del CEN, Claudia Ruiz Massieu Salinas, se despachó con una candidatura a escaño. Otro ex secretario y frustrado en su pretensión de llegar a la gubernatura de Yucatán, Jorge Carlos Ramírez Marín, siguió el mismo itinerario.

 

El ex gobernador del estado de México y otro que se quedó a la vera del camino rumbo a Los Pinos, Eruviel Ávila Villegas, va a la segura, por lista y listo, a la Cámara alta.

 

Por la misma vía plurinominal marcha sin vara la ex gobernadora de Tlaxcala y ex presidenta nacional, Beatriz Paredes Rangel, a quien acompaña otro mexiquense: César Camacho Quiroz.

 

Unos cuantos botones de muestra, nada más. Los que remarán contra la corriente son los ex gobernadores de Chihuahua, José Reyes Baeza; de Tabasco, Manuel Andrade Díaz, y de Colima, Fernando Moreno Peña.

 

Los tres fueron lanzados a las candidaturas por mayoría relativa. Los dos primeros la tienen en chino. Sus estados están en manos de la oposición.

 

Una vez decantadas las orientaciones de la intención del voto en el caso de las candidaturas presidenciales, y visto el lugar que ocupa Meade, el plan B del peñismo es que sus candidatos al Congreso de la Unión se hagan cargo de evitar que las grandes reformas “transformadoras” sean revertidas.

 

El asunto es que, de acuerdo con los análisis de los politólogos más autorizados, el PRI tiene escasas posibilidades de alcanzar la mayoría relativa en el Congreso de la Unión, mucho menos le alcanzaría para construir por sus propios medios la mayoría calificada que requiere toda reforma constitucional.

 

Como sea, al menos siete de los nombrados, se salvan de una abominable maldición: Vivir fuera del presupuesto, es un error. Algo es algo.

*Director General del Club de Periodistas de México, A.C

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