En las prisiones mexicanas a los reos se les exige una cuota, la cual, afirman, va a dar a los altos mandos de ellas (audio)

prisión mexicana

Por Víctor Manuel Rojano

La madrugada de este 16 de octubre de 2019, fueron trasladados de los penales de Santa Martha Acatitla y Reclusorio Norte unos 140  reos a diferentes penales del interior de la República Mexicana.

En un impresionante operativo con personal de los llamados ‘Tiburones” y de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, los presos fueron llevados al hangar de la Policía Federal para más tarde ser trasladados a diversos penales de provincia debido al hacinamiento tan terrible que están padeciendo los reos en la Ciudad de México, pues viven en condiciones deplorables.

Ya que en las estancias en que deberían vivir 6 presos llegan a habitar hasta 25 personas. Y que decir de los alimentos tan deplorables que reciben los internos, pues la comida que reciben además de miserable en cantidad está pésimamente preparada por las cantidades tan grandes que se preparan. Desde luego este traslado no beneficia a los reos, pues muchos de ellos llegarán a vivir en condiciones aún peores y más deprimentes de las que vivían aquí en la Ciudad de México tanto en Santa Martha Acatitla como en el Reclusorio Norte .

Es muy bien sabido que a todos los reos se les exige diariamente como mínimo una cuota de $5 misma que tienen que entregar a los custodios so pena de ser maltratados físicamente. Esta cuota llamada Lista aplica en todos los penales de la Ciudad de México y del país.

¿A dónde llegan esos dineros? Pues custodios entrevistados por Diario Noticias Web que pidieron el anonimato aseguran que esa cuota no es para ellos sino que llega hasta los altos mandos y de ahí ya no saben a dónde va a dar ese dinero.

Sin duda alguna hoy por hoy las cárceles de México de ninguna manera brindan al detenido una reinserción o un camino hacia su reincorporación a la sociedad sino que por el contrario: son verdaderas escuelas del crimen y quienes llegan por un delito menor terminan aprendiendo él oficio de un delito peor en estas verdaderas universidades del crimen.

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