El avión del pontífice, un Airbus A-330 de la aerolínea italiana Alitalia, aterrizó en torno a las 16.20 GMT en el Aeropuerto Internacional de Maputo, donde las autoridades instalaron una plataforma adornada con banderolas de los colores de Mozambique para recibirle con todos los honores.
Desde allí, el santo padre se desplazó en su papamóvil unos 10 kilómetros -de marca japonesa Isuzu e importado para la ocasión- hasta la Nunciatura, la Embajada del Vaticano en el país africano, donde pernoctará dos noches.
En los alrededores, no se ven medidas de seguridad excepcionales, más allá de unos pocos vehículos blindados estacionados entre ambas localizaciones y un mayor número de agentes de tráfico.
LA MEJOR VISITA PAPAL
Por su parte, el presidente del país, Filipe Nyusi, se mostró satisfecho con el trabajo realizado tanto por la Iglesia como por su Gobierno y la sociedad civil y afirmó que “se está tratando de hacer todo lo posible para que esta sea la mejor visita (papal) de la historia”.
A tono con la austeridad que le gusta a Francisco, las calles de Maputo estaban decoradas con algunas banderas y carteles de bienvenida, pero sin ninguna pompa.