Un ciudadano aleman, identificado como Klaus O, fue condenado a cadena perpetua al ser declarado culpable de envenenar sándwiches que comían sus compañeros de trabajo con mercurio, plomo y otras sustancias durante años, reportó The Guardian.
El juicio del hombre de 57 años se realizó en la corte de Bielefeld, en el estado de Renania del Norte. Ahí el juez lo declaró culpable de intento de homicidio, asimismo, ordenó que permaneciera en prisión por el resto de su vida.
POLVO SOSPECHOSO
Klaus O. fue arrestado en mayo de 2018, luego de que una cámara de vigilancia lo grabara poniendo un polvo sospechoso en el sándwich de un colega en la ciudad de Schloss Holte-Stukenbrock.
Una redada policial al sótano de su vivienda encontró un primitivo laboratorio de química, así como una sustancia descrita por el juez como “más peligrosa que todos los agentes de combate utilizados en la Segunda Guerra Mundial”.
DAÑOS POR ENVENENAMIENTO
El hombre planeaba causar daños graves a la salud de varias personas. Dos colegas, de 27 y 67 años, sufrieron daños renales crónicos por envenenamiento con plomo y cadmio, y ahora tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer. Asimismo, un becario de 23 años entró en coma por consumir mercurio, y sufre un daño cerebral permanente.
El acusado se negó a dar explicaciones sobre el objetivo de su accionar. Se reporta que sus abogados planean apelar la sentencia.