La erupción más grande durante los últimos cinco años del Volcán de Fuego en Guatemala sigue cobrando víctimas, ya se contabilizan al menos 69 fallecidos y más de un centenar de desaparecidos, lo que ha provocado alerta roja institucional en tres de los departamentos más afectados por esta tragedia.
Las escenas son desgarradoras, familias completas calcinadas han sacado de los escombros y la ceniza volcánica los cuerpos de socorro, esfumándose la esperanza de encontrar más sobrevivientes.
ZONA CERO
Desde tempranas horas los familiares comenzaron a llegar a la zona cero, a pedir información sobre los desaparecidos, pero la respuesta no fue alentadora. Entre lágrimas, desesperanza y coraje las víctimas piden respuestas y claman justicia ante una tragedia que, según ellos, se pudo evitar.
Lo importante era sobrevivir, y no importaba cómo. Hay personas heridas que corrieron por salvar su vida, ante la posibilidad de morir quemada por la lava y el material piroclástico.
Minda, una mujer que resultó herida, narró:
“Salí con mi bebé para salir corriendo de la lava y ya no pudimos porque la lava venía atrás y corrimos y corrimos, hasta que metí a mi bebé en el carro y me lo aventaron y después yo lo volví a meter y ahí fue dónde me quedé atrapada en el carro y el carro me arrastró bastante y fue donde me pelé mis pies”.
El riesgo es latente, el volcán continúa con erupciones esporádicas que en varias ocasiones nos obligaron a evacuar la zona, señalan afectados.
AYUDA A DAMNIFICADOS
La solidaridad de los guatemaltecos se ha volcado, los albergues y centros de acopios están abarrotados de agua, víveres, ropa y medicinas para apoyar a los damnificados.
Las operaciones de rescate durante este lunes duraron únicamente 11 horas, debido a la lluvia que azotó al coloso, pero se han reanudado a primera hora de este martes.