“Es como un lobo con piel de cordero”: científicos descubren cómo el coronavirus engaña al sistema inmune del ser humano para infectar células sanas

coronavirus

A partir de que el coronavirus empezó a propagarse por China, infectando a una gran cantidad de personas a una enorme velocidad, y matando a miles, descubrir el mecanismo a través del cual penetra el cuerpo humano y contamina a las células se convirtió en una obsesión de la comunidad científica. Un grupo de investigadores de la Universidad de Southampton acaba de desarrollar un modelo que le permitió desentrañar ese enigma.

El Sars-CoV-2, nombre técnico del virus que causa el Covid-19, la enfermedad, es un tipo de coronavirus que, como los otros conocidos, se caracteriza por tener púas alrededor, como una corona. Estas extensiones le sirven para adherirse a las células de los seres en los que entra. Pero para cumplir su objetivo tiene que engañar al sistema, de lo contrario no podría.

Una imagen de microscopio electrónico y una muestra de SARS-CoV-2 obtenido de un paciente en los EE.UU (NIAID-RML/Handout vía REUTERS)

Por eso, las púas están recubiertas de glicanos, polisacáridos que también se encuentran de forma natural en la superficie de las células. Los glicanos funcionan como un disfraz, que permite al virus sortear las barreras del sistema inmunológico.

“Al cubrirse de azúcares, los virus son como un lobo con piel de cordero”, explicó el profesor Max Crispin, líder del equipo de investigación de la Universidad de Southampton.

El modelo que recreó al virus para estudiar su comportamiento se realizó con un equipamiento de alta tecnología adquirido gracias a una donación de la Fundación Bill y Melinda Gates, a través de la Colaboración para el Descubrimiento de la Vacuna contra el SIDA. Esta es una de las dimensiones más importantes del hallazgo: proporciona información “crucial y alentadora” en la urgente búsqueda de una vacuna contra el nuevo coronavirus.

Otro aspecto interesante de la investigación es que detectó que, si bien el virus engaña al cuerpo humano, no es tan difícil de combatir como otros, como el HIV. “Uno de los hallazgos clave de nuestro estudio es que, a pesar de la cantidad de azúcares, este coronavirus no está tan protegido como otros”, dijo Crispin.

“Virus como el VIH, que se quedan en un solo huésped, tienen que evadir el sistema inmunológico constantemente y tienen una capa realmente densa de glicanos como escudo para el sistema inmunológico. Pero en el caso del coronavirus, el menor blindaje por azúcares adheridos puede reflejar que se trata de un virus que atropella y huye, para moverse de una persona a otra”, explicó el científico.

Noticias relacionadas