El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) se dio a la tarea de presentar los resultados del Estudio Internacional de Educación Cívica y Ciudadana (ICCS, 2016), aplicado a chicos que cursan el segundo grado de secundaria y en él, a pesar de que se afirma hubo una mejoría con respecto a la evaluación previa, el rendimiento sigue siendo reprobatorio.
Según lo indicado por el INEE, la prueba que se efectuó en abril del año pasado a un grupo de 5,526 estudiantes, 1,918 docentes y 213 directores, dijo que si bien ha habido avances significativos en el tema de la formación cívica, los niveles de desempeño están muy por debajo de la media internacional.
En la presentación de los resultados, Jorge Hernández Uralde, titular de la Unidad de Evaluación del Sistema Educativo Nacional del INEE, resaltó que algunos de las conclusiones que mayor preocupación generan, son las relacionadas con la postura de los jóvenes en cuanto a la protesta social.
Hernández Uralde se dio a la tarea de sostener que la prueba permitió entender que los estudiantes cuentan con mayor proclividad que el promedio de los adolescentes de los otros países participantes, a protestar violentando la ley.
El estudio determinó que el 41 por ciento de los consultados, pintaría paredes como señal de protesta, mientras que el 34 por ciento organizaría una manifestación bloqueando el tráfico y tomaría edificios públicos, lo cual contesta con los jóvenes de otros países, pues sólo un 18 por ciento de ellos actuaría de esa forma.
Asimismo, dio a conocer que los adolescentes aseguraron que las figuras que menor grado de confianza les genera, son los partidos políticos, los cuales incluso son superados por las redes sociales.
De la misma forma, la investigación realizada en 2016 localizó a los estudiantes mexicanos en el lugar 19 de la tabla, lo cual significa que no conocen los conceptos específicos de instituciones, sistemas y ciudadanía.
Sobre lo anterior, Hernández indicó que “hay una intención de participar en la vida pública del país, pero la formación académica de los jóvenes es deficiente e implica que no hay una comprensión cabal de lo que significa respetar la ley, de lo que significan las instituciones políticas del país”.
Además, los resultados pudieron permitir identificar que los alumnos consideran que la escuela es un sitio hostil, debido a que los indicadores de ello como los apodos ofensivos, las burlas y ataques físicos, presentan una frecuencia superior a la media de otros países.
Debido al bajo rendimiento, el titular de la unidad especial del INNE solicitó atender desde la escuela aquellos aspectos de la ciudadanía que no se están logrando y que sea la escuela la que se convierta en una especie de “microsociedad” que forme en los valores propios de la ciudadanía y de la democracia y que construya condiciones de convivencia armónica y prevenga la violencia. Fuente: SDP Noticias