Estados Unidos expandió sus característicos aranceles al acero y al aluminio para cubrir ciertas importaciones de clavos, grapas, cables eléctricos y algunas piezas terminadas para automóviles y tractores, entre otros productos.
La decisión llega casi dos años después de que la administración Trump aplicara aranceles a las importaciones de acero crudo y aluminio extranjeros que el presidente norteamericano había señalado como una amenaza a la viabilidad de las industrias nacionales y, por lo tanto, amenazaban la seguridad nacional estadounidense.
Algunas importaciones de productos derivados del aluminio estarían sujetas a un arancel adicional del 10%, mientras que algunos productos derivados del acero recibirían un arancel del 25%.
EXENCIONES
Argentina, Australia, Canadá y México quedaron exentos de los aranceles adicionales al aluminio. En cuanto a los aranceles al acero, se permitieron exenciones para Brasil, Argentina, Canadá, Australia, México y Corea del Sur.
Tras la imposición de los aranceles en 2018, los fabricantes de acero estadounidenses, incluidos Nuco, U.S. Steel y Steel Dynamics gozaron de mayores ganancias, lo que les proporcionó un catalizador para reiniciar la capacidad de acero o construir nuevas plantas en el país.
En contraste, las empresas siderúrgicas, así como los productores estadounidenses de aluminio, incluidos Alcoa y Century Aluminum, han visto caer sus acciones debido a la menor demanda, sumada a una caída en la actividad manufacturera y al aumento de la oferta doméstica venidera.