El portero carioca Bruno Fernandes, excapitán del Flamengo, no podrá jugar en el equipo Operario de Varzea Grande, de la ciudad brasileña de Cuiabá, a causa de la condena judicial que pesa sobre él por haber asesinado a su pareja.
Así lo ha decidido la directiva del club brasileño, después de varias manifestaciones en las que su afición rechazó el fichaje de Fernandes, y de que algunas empresas anunciaran públicamente que le retiraban su patrocinio.
EL PASADO LO PERSIGUE
No es la primera vez que Bruno Fernandes ve frustrado un proyecto deportivo por esta misma causa.
El arquero, que se encuentra actualmente en régimen de prisión semiabierto, firmó el año pasado con otro equipo de su país, el Poços de Caldas FC, pero el contrato fue rescindido poco después, porque la directiva consideró, tras su condena, que su régimen de privación de libertad dificultaría su presencia en los entrenamientos y lastraría su evolución.
En 2013, Fernandes fue condenado a 20 años y nueve meses de prisión por el asesinato de la modelo Eliza Samúdio, con quien tuvo un hijo no reconocido.
La mujer, de 25 años, había desaparecido en 2010 y fue considerada muerta, aunque su cuerpo nunca fue hallado.