Un día necesitas cruzar una avenida, pero el puente más cercano te genera miedo e inseguridad. No lo dudas más, burlas la velocidad de los autos y te arriesgas para llegar a la otra cera. El reto del momento se cumplió, pero los riesgos se encuentran latentes.
Esto ocurre a diario en la Ciudad de México, porque muchos puentes peatonales no cumplen con su función.
En muchos casos, éstos priorizan a los automovilistas (incentivan velocidades peligrosas) e impide la movilidad peatonal.
Hay mayores implicaciones. En primer lugar, tiende a significar un mayor esfuerzo para quienes deberían tener prioridad en el espacio público.
No se encuentran en función de las condiciones de algunas personas, así discriminan y “alejan de una ciudad democrática e igualitaria”.
Son construcciones que atentan contra la seguridad de las personas, porque sus construcciones se llevan a cabo en lugares solos y oscuros, al igual que aumenta el tiempo de desplazamiento.