“Me pegaron con la Biblia en los ojos, me dejaron ciega y perdí el conocimiento”, narra Efigenia Valdés, una de las sobrevivientes de la matanza, a manos de una secta religiosa de la comunidad de Altos del Terrón, en la comarca indígena Ngäbe Buglé, provincia de Bocas del Toro, en Panamá.
El caso se conoció a mediados de enero, luego que las Fuerzas Especiales de la Policía Nacional de Panamá —alertados por otros sobrevivientes que lograron escapar—, realizaran un operativo donde encontraron, en una improvisada iglesia, una fosa común con siete cadáveres en avanzado estado de descomposición: el de una mujer embarazada y seis menores de entre 1 y 17 años. Además, lograron rescatar a 15 personas secuestradas.
ASESINADAS Y LANZADAS A FOSA COMÚN
Las víctimas mortales fueron torturadas antes de ser asesinadas, presuntamente en un ritual religioso, y lanzadas a la fosa común.
El Ministerio de Seguridad Pública comunicó que seis de los asesinados eran familiares de un cabo segundo de la Policía Nacional, de nombre Ananías González, reporta actualidad.rt.com
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— Ministerio de Seguridad Pública de Panamá (@MinSegPma) January 16, 2020
Sacar el diablo
Valdés fue una de las secuestradas, quien se encontraba en la congregación de la secta que se autodenominó ‘La nueva luz de Dios’, junto a dos de sus hermanos. ”
Apenitas yo escuchaba que decían que había que sacarle el diablo a mi hermano, a mi hermanita y a mí, que teníamos el diablo, cuenta.
Explica que reprochó a los miembros de la congregación por su accionar y éstos la sacaron del altar, la pusieron de rodillas y, además de la Biblia, le pegaban con correas.
Me pegaban y me tiraron contra el piso, me pisoteaban aquí [se señala el abdomen]… y me lo apretaban al suelo. Me aporreaban el pescuezo y me decían que el diablo tenía que salir de mí, porque yo tenía un diablo inmenso, señala en su testimonio.