Haití está tratando de recobrar la normalidad tras dos días de una huelga de transporte convocada luego de las violentas protestas del fin de semana por un fallido aumento en los precios de los combustibles.
Las calles de Puerto Príncipe, capital del empobrecido país, comenzaron a recuperar su ritmo habitual y el transporte público funciona con normalidad después de dos días de parálisis a causa de una huelga de 48 horas.
Mientras, las personas trataban incorporarse a sus actividades cotidianas, entre las que destacan los trabajadores informales en las calles de esta ciudad.
La ciudadanía está a la espera de que el presidente del país,
Jovenel Moise, quien ha mantenido en las últimas horas reuniones con representantes locales y extranjeros, anuncie cambios en su Gobierno y medidas para enfrentar la difícil situación económica.
Los actos de violencia comenzaron el viernes pasado cuando el Gobierno dijo que al día siguiente entrarían en vigor los nuevos precios de los combustibles, que reflejaban incrementos de entre 37 a más de 50%, que finalmente se dejaron sin efecto.
Durante los disturbios hombres con armas de fuego y blanca
bloquearon calles, atacaron negocios y saquearon supermercados.
Lafontant, primer ministro del país, anunció ayer que el Gobierno investigará los hechos violentos del fin de semana, que según distintas fuentes dejaron entre tres y siete muertos.
En un comunicado, el jefe de Gobierno, Jovenel Moise, afirmó que el objetivo de la subida de los combustibles era recaudar mayores recursos para las infraestructuras y el sector eléctrico.
“Cancelamos los aumentos de los precios (de los combustibles) y comprendemos por qué la gente está enfadada”, dijo, y señaló que en los últimos 17 meses el Gobierno del presidente haitiano, Jovenel Moise, ha hecho “mucho para mejorar la situación de la población”.