Durante los 18 años de operación de Nxivm, Keith Raniere abusó especialmente de algunas mexicanas, pero ayer en la Corte de Brooklyn, Nueva York, le llegó el momento de pagar esa deuda. Durante los argumentos finales de la fiscalía, el largo testimonio de Daniela, la historia de Camila —siendo menor de edad— y los correos de Rosa Laura Junco fueron fundamentales para rellenar más de la mitad de los 11 cargos que pesan sobre el acusado. “Raniere creó una organización criminal para garantizarse un flujo interminable de mujeres y dinero”, dijo al comienzo la asistente de la fiscalía Moira Kim Penza.
En su turno, Marc Angnifilo, defensor del acusado, sentenció que las relaciones sentimentales del Grandmaster con Nicole eran “dulces, atentas y casuales”; de Lauren Salzman dijo que él “hizo que su vida tuviera sentido”, y del grupo de culto sexual DOS consideró que era un programa beneficioso, una medicina potente, pero “no para cualquiera, por lo que debió suministrarse a las personas indicadas y en circunstancias apropiadas”. Mientras la asistente del fiscal resumía la historia criminal del “gurú de la motivación” en cuatro horas, Raniere mantuvo la misma actitud que durante todo el juicio, escribiendo pequeños recados en post-it amarillos que lo mostraron indiferente.
A la corte acudieron tres de las víctimas: Nicole, Jay e India, esta última junto a su madre la actriz de Dinastía, Catherine Oxenberg, pero también media docena de fans del acusado que fue a brindarle apoyo moral. Tanto la sala principal como la de descargo estuvieron a reventar. Al mirar tantas visitas célebres, el juez Nicholas Garaufis aclaró a todos las pautas de comportamiento y dijo que no permitiría rumores u otra clase de manifestaciones. Al arrancar su exposición, Penza recordó al jurado que tanto el testimonio de Nicole —quien contó que el acusado la amarró desnuda a una mesa con los ojos vendados para que Camila le practicara sexo oral—, como el caso de Daniela —encerrada dos años en su habitación—, “lo muestran como lo que es: un estafador, un depredador y el jefe de una banda criminal”.
La asistente de la fiscalía se plantó frente al jurado con un escritorio-atril y a su lado con esquema con los 24 colaboradores más cercanos al neoyorquino. Se mostró poco histriónica, pero muy efectiva, didáctica y hasta relajada. Así como no podía ocultar una sonrisa de satisfacción cuando a finales de mayo dirigió el testimonio claro y directo de Daniela, ayer Penza explotó la conmovedora historia de la niña genio mexicana a la que Raniere no pudo doblegar, para ilustrar al jurado algunos cargos. Culpó a los padres de las niñas, pero “definitivamente quien estaba detrás de todo era ese señor”, sentenció mientras apuntaba a Raniere con el dedo. En el cargo 1 y 2, que involucra crimen organizado, Penza recordó el traslado y abandono en la frontera del que Daniela fue objeto.
El conseguirle una identificación falsa para que ingresara de nueva cuenta a EU por Canadá estaba relacionado con el cargo 11: conspiración para cometer robo de identidad, que se refuerza con el uso de la tarjeta American Express de la difunta Pam Cafritz. El cargo 6, conspiración para trabajo forzado, se aplica para muchas de las esclavas sexuales de Raniere. Los cargos 3 y 4, explotación sexual de un menor, y el 5, posesión de pornografía infantil, sugieren el abuso que Ranier aplicó sobre Camila. La asistente le aclaró al jurado cómo después que Camila coqueteara con un hombre identificado como Robbie, Raniere le ordenó encontrarle a una sucesora, pues consideraba que las vírgenes le proporcionarían inmortalidad. Entonces, Rosa Laura Junco, a través de un correo electrónico, le ofreció a su propia hija adolescente como esa virgen ansiada, ejemplificando el cargo 8: conspiración para tráfico sexual.
Para el cargo 7, conspiración para fraude electrónico, Penza trajo de vuelta la alteración de un video que Raniere uso para atacar a enemigos de Nxivm y los intentos por obtener nombre y usuario de cuentas de Édgar Bronfman, James Loperfido y Mariana Fernández. Para los cargos 8, 9 y 10, tráfico sexual, la asistente de la fiscalía legó al jurado las pruebas presentadas cuando testificaron, en ese orden, Sylvie, Nicole y Jay. Penza agregó que el presunto traficante sexual podría haber sido conocido como un “líder humano, un mentor, un gurú” para sus seguidores, a los que había lavado el cerebro, pero terminó su cierre pidiendo al jurado que “confíen en su criterio, en la evidencia” y se retiró a su lugar. Hoy, la defensa utilizará la hora que le faltó para culminar con sus argumentos finales y posteriormente el juez tendrá una sesión de trabajo con los ciudadanos calificadores para explicarles el procedimiento.
El miércoles inicia la deliberación del jurado que buscará alcanzar la unanimidad para el viernes o a más tardar el sábado, ya que a partir del domingo tres de ellos salen de vacaciones por lo que pidieron al juez Garaufis no regresar.
Fuente: www.milenio.com