El descenso de una hondureña transexual bajo custodia de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza provocó indignación entre los activistas, los cuales exigieron que los inmigrantes de la comunidad LGBTQ esperen en libertad mientras se resuelve su caso.
La molestia se dio en un contexto en el que el presidente Donald Trump y otras personas critican la práctica de liberar a los inmigrantes en lo que se resuelven sus audiencias de deportación.
Las autoridades federales aguardan los resultados de la autopsia para determinar la causa del fallecimiento de la hondureña de 33 años, quien murió el viernes en un hospital de Albuquerque. La mujer fue admitida después de presentar síntomas de neumonía, deshidratación y complicaciones vinculadas al VIH.
Es la sexta persona en morir bajo custodia del ICE desde octubre del 2017.
De acuerdo con las autoridades, la mujer ingresó el 17 de mayo al Hospital General Cibola en Grants, Nuevo México. Ese mismo día fue transferida al hospital de Albuquerque, donde permaneció en la unidad de cuidados intensivos hasta que falleció. Personal de la institución indicó que la causa preliminar de muerte fue un paro cardiaco.
Las autoridades de inmigración señalan que, entre el 2005 y el 2009, Hernández ingresó dos veces ilegalmente a Estados Unidos, y en ambas ocasiones se le permitió regresar voluntariamente a México, pues dijo tener nacionalidad mexicana. A menudo, los migrantes centroamericanos se hacen pasar por mexicanos para no ser enviados de regreso a sus países de origen.
En el 2014 entró ilegalmente por tercera vez y fue deportada, según las autoridades.
Las autoridades dicen además que fue declarada culpable de robo en el 2006 y de prostitución y otros cargos en el 2009, en ambos casos en Texas.