El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, fustigó el sistema de justicia de la nación al iniciar su tan esperado juicio por corrupción. Acusó a la policía y los fiscales de conspirar para “deponerlo”.
Los comentarios de Netanyahu abrieron lo que seguramente será un período tumultuoso para Israel, ya que se convierte en el primer ministro del país en ser juzgado.
“EL MINISTRO DEL CRIMEN”
Cientos de manifestantes que lo llamaron el “ministro del crimen” protestaron afuera de su residencia oficial, mientras que simpatizantes, incluidos los principales miembros de su Partido Likud, se manifestaron para apoyarlo en el tribunal.
Netanyahu enfrenta cargos de fraude, abuso de confianza y aceptación de sobornos en una serie de casos de corrupción derivados de lazos con amigos ricos.
Se le acusa de aceptar regalos lujosos y de ofrecer favores a poderosos magnates de los medios a cambio de una cobertura favorable de él y su familia.
Él niega los cargos, que se llegaron después de años de escándalos en torno a la familia.
Cuando llegó al juzgado, Netanyahu puntualizó que es víctima de una “profunda” conspiración de tipo estatal por parte de la Prensa, la policía, los fiscales y los jueces que lo expulsaron.