Insabi y Salud pública en México, ¿carta a los Reyes Magos?

 

Ivette Sosa

El Gobierno de la Cuarta Transformación alista el nuevo esquema de salud en México donde, a través del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), establecerá el sistema Redes Integradas de Servicios de Salud (RISS), con efectivos beneficios para el paciente en modelos de autocuidado, según promete.

 

En datos duros, se atenderán a 69 millones de mexicanos que no cuentan con seguridad social, donde se iniciará con un nuevo esquema de coordinación con todos los estados del país.                                                                                                           

 

Ello significa que la Secretaría de Salud federal establecerá un nuevo modelo nacional de salud, que busca el autocuidado de sus pacientes, la prevención, a fin de evitar la hospitalización y, por consiguiente, los onerosos costos en salud.

 

¿Y LOS ELEFANTES BLANCOS?

Para ello, Juan Antonio Ferrer Aguilar, titular designado del Insabi, destaca que se recuperarán de manera gradual centros de salud, clínicas y nosocomios que yacen en el abandono o que simplemente son elefantes blancos.

 

Al unísono, aumentará el personal sanitario, se basificará a trabajadores y se aprovechará la experiencia de quienes laboraban bajo el Régimen Estatal de Protección Social en Salud (REPSS).

 

Con este nuevo esquema de salud, el titular del Insabi garantiza no sólo atención para todos los padecimientos, sino también abasto de medicinas.

 

DEMOCRÁTICO, EFICAZ Y GRATUITO

“Prometer no empobrece, cumplir es lo que aniquila”, dice una añeja expresión popular. Por ende, esperamos que el proyecto de salud pública de Andrés Manuel López Obrador realmente sea democrático, eficiente, eficaz y resulte gratuito para los sectores menos favorecidos de la población.

 

Al menos hoy en día, en cualquier clínica y hospital del sector público, sea en la Ciudad de México o en provincia, se postergan por meses las consultas y se niegan los medicamentos en las farmacias, aunque estén a la vista.

 

Y en los nosocomios no te atienden, si antes no pagas cama de hospitalización, estudios y las medicinas para atender tus padecimientos.

 

UN MAL LLAMADO PREPOTENCIA

A ello se suma que pacientes y familiares deben sortear la prepotencia con la que te atienden, desde el vigilante que está en las puertas del hospital y hasta el médico titular, pasando por residentes, trabajadores sociales, camilleros y empleados de los laboratorios.

 

Y ya no se hable de los directivos de los nosocomios públicos, que mantienen oficinas infranqueables y más de un portazo en plenas narices reciben los afligidos familiares que acuden a ellos en busca de atención.

 

Ojalá este nuevo esquema del sector salud que promete la 4T no resulte la carta de una niña pobre e ilusa a los Reyes Magos. 

Foto: news.culturacolectiva.com

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