Ekaterina Fedyaeva fue a la clínica para quitarse quistes ováricos, pero el personal le introdujo por error líquido con formaldehído, que se usa para embalsamar cuerpos sin vida.
La joven rusa de 28 años se dio a la tarea de asistir a un centro médico de la región de Ulyanovsk, al oeste de la Federación Rusa, para ser internada en la Unidad Central de Salud Clínica el 15 de marzo pasado.
Empero, lo que sería una operación preventiva de rutina, acabó en un caso más de negligencia médica que reclamó la vida de Fedyaeva pues durante el procedimiento para extirpar sus quistes, se cometió un error fatal.
De acuerdo con informan agencias noticiosas locales, depués de terminar la operación quirúrgica para la que Fedyaeva había acudido al hospital, trabajadores médicos de la institución la inyectaron por error y cuando se dieron cuenta, intentaron hacer una limpieza de su organismo en un intento por eliminar la sustancia, sin éxito.
De acuerdo con medios rusos que citaron a voceros de la oficina del Departamento de Investigación Criminal de Rusia en la región de Ulyanovsk, en lugar de administrarle solución salina, típico procedimiento para operaciones ováricas, le introdujeron una solución con formaldehído que se distribuyó rápidamente por todo su cuerpo a través del torrente sanguíneo.
Debido a que la vida de la joven se encontraba en riesgo, fue trasladada de la Unidad Central de Salud Clínica a la unidad de cuidados intensivos del Hospital Clínico Regional Ulyanovsk, donde se intentó estabilizarla.
Ekaterina Fedyaeva fue al hospital para quitarse quistes ováricos, pero el personal le inyectó por error líquido con formaldehído (Twitter).
Ya en el hospital y tras un exhaustivo proceso de limpieza, los médicos lograron reanimar a Ekaterina, que, haciendo acopio de la poca energía que le quedaba, le dijo a su madre “Mamá, me muero“, indicó la agencia rusa RT.
Tras semanas en cuidados intensivos, Ekaterina Fedyaeva murió el jueves pasado.
El ministro de Salud de la región, Rashid Abdullov, indicó que ya se organizó una comisión especial para investigar qué sucedió con la joven y determinar de quién fue la culpa exactamente.
El ministro prometio a los medios locales imponer medidas disciplinarias a los empleados que inyectaron a Ekaterina por error.
“Expreso mis más sinceras condolencias a los familiares y amigos de Ekaterina Fedyaeva. Es una gran tragedia. Brindaremos toda la asistencia necesaria a la familia. Todos los funcionarios culpables ya han sido responsabilizados, los cuerpos de investigación continúan trabajando,” indicó el ministro a través de su cuenta oficial de Twitter.
Como consecuencia de la muerte de la joven rusa, el domingo 8 de abril se anunció una investigación federal sobre todos los hospitales de la región con el fin de evitar más casos de negligencia médica.
De acuerdo al Centro para el Control de Enfermedades de EEUU (CDC), un adulto puede morir tras ingerir apenas 30 mil de una solución con 37% de formaldehído.
En el caso de Ekaterina, no se dio a conocer cuál fue la dosis que el personal de la clínica le inyectó por error.