El derechista Iván Duque jura este martes como presidente de Colombia en una ceremonia que se llevará a cabo en la plaza de Bolívar de Bogotá y que será el punto de partida de un Gobierno que despierta incertidumbre por el rumbo que puede tomar el país en el tema del conflicto armado y la búsqueda de la paz.
Duque, abogado que el 1 de agosto cumplió 42 años, será el jefe de Estado más joven de la historia reciente y llegará a la Casa de Nariño tras derrotar en la segunda vuelta electoral de junio al izquierdista Gustavo Petro.
La campaña fue una de las más polarizadas de los últimos tiempos por las grandes diferencias de los candidatos: Duque es el abanderado del ex presidente Álvaro Uribe, máximo líder del partido de derecha radical Centro Democrático,mientras que Petro defendió posturas claramente de izquierda.
FUTURO DEL ACUERDO DE PAZ
La principal incertidumbre radica en el futuro del acuerdo de paz que el presidente saliente, Juan Manuel Santos, firmó en 2016 con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que permitió el desarme de los ex guerrilleros y la creación de un partido político que ahora tiene representación en el Congreso.
Uribe, que gobernó de 2002 a 2010, ha sido el máximo opositor del acuerdo de paz y la campaña presidencial de su partido se basó principalmente en propuestas para modificarlo.
Algunos dirigentes del Centro Democrático proponían desconocerlo de plano, pero Duque moderó la postura y ahora afirma que promoverá cambios, especialmente en la Jurisdicción Especial para la Paz, un tribunal que juzgará a quienes participaron en el conflicto, entre ellos ex guerrilleros y miembros de la fuerza pública.
Santos, que tras la firma del acuerdo recibió el Premio Nobel de la Paz, asegura que el nuevo Gobierno tiene poco margen de maniobra porque el pacto tiene un “blindaje constitucional”, aunque Duque sostiene que sí es posible hacer reformas.
DESMOVILIZACIÓN DE LAS FARC
La Administración Duque también tendrá que decidir sobre el futuro del proceso de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que tras la desmovilización de las FARC es la única guerrilla activa en el país.
El Gobierno y el ELN concluyeron el 30 de julio el sexto ciclo de negociaciones en La Habana sin llegar a un acuerdo para definir un segundo alto el fuego.
El Gobierno saliente culminó así su tarea y el ELN se declaró a la expectativa de las decisiones de Duque, quien ha dicho que le pondrá a ese grupo la condición de que concentre a sus miembros en sitios determinados para seguir dialogando.
¿GOBERNAR CON AUTONOMÍA?
Según la analista Fabiola Calvo, columnista del diario El Espectador, Colombia camina por “terrenos movedizos” porque no se sabe si el proceso de paz con las FARC se consolidará o si aumentará la violencia.
Varios politólogos coinciden en que el país espera que el nuevo presidente muestre si es capaz de gobernar con autonomía o si seguirá las indicaciones de Uribe, su jefe político y quien impulsó su carrera. Hasta el año pasado, el nuevo presidente era un senador poco conocido y sus más mordaces críticos consideran que es “un títere” del ex mandatario.
Aunque fue opositor a Santos, Duque logró el apoyo para la segunda vuelta de buena parte de los partidos de la coalición que respaldaron al Gobierno saliente.