El jugador del Corinthians, Malcom, casi llegaba al área enemiga, alcanzó a puntear el esférico, pero el elemento del Vasco de Gama, Rodrigo, salió con todo a despejar el balón. De paso le dejó los tachones en el rostro.
De inmediato, el agresor vio la tarjeta roja al inicio del segundo tiempo.
El partido terminó 1-1 y combinado con la derrota del Atlético Mineiro, Corinthians se proclamó campeón de la liga brasileña en el estadio São Januário de Río de Janeiro.
