La septuagésima tercera Reunión anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS), realizada en Ginebra, Suiza, los días 18 y 19 de mayo, expuso una profunda divergencia entre los Estados Unidos del presidente Donald Trump y los demás 194 países miembros. La conferencia terminó con una resolución final, adoptada por la mayoría de los miembros, que pide una “evaluación no partidista, independiente y completa” sobre la pandemia de covid-19 e invoca el espíritu de solidaridad entre ellos.
Trump dejó a Estados Unidos en el descrédito completo al desencadenar una “guerra para capturar” a China, en lugar de concentrarse en la lucha contra el coronavirus, lo que dejó en duda la reputación estadounidense de país defensor de los derechos humanos y de líder del mundo occidental. En lugar de participar en la videoconferencia, Trump envió una carta a la OMS en la que la amenazaba con “desmantelarla” con la acusación de encubrir la dimensión real de la pandemia y de no haber criticado a China por el encubrimiento de la misma, además de someter al país oriental sus advertencias y recomendaciones.
En sus palabras al inicio de la conferencia, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que la economía mundial se encamina a la mayor contracción desde la Gran depresión de los 1930s. En respuesta a Trump, se defendió argumentando una serie de formalidades, “la “OMS sonó la alarma muy temprano: notificamos a los países, emitimos orientaciones a los trabajadores de salud en diez días y declaramos una emergencia de salud mundial –nuestro nivel máximo de alerta- el 30 de enero. En aquel momento había menos de 100 casos y ninguna muerte fuera de China”.
De acuerdo con el Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ) del 22 de mayo, el director del Comité de Control Epidémico Supremo de China, Gao Fu, informó a su colega del Centro de Control de Enfermedades (CDC) de EEUU, Robert Redfield, del brote que luego sería identificado como covid-19 el día 3 de enero.
El presidente chino, Xi Jinping, resaltó a su vez que China “proporciono información a la OMS y a los países que correspondía en el plazo más adecuado: Divulgamos la secuencia del genoma lo más pronto posible. Compartimos experiencias de control y de tratamiento con todo el mundo sin reservas. Hicimos todos lo que estuvo a nuestro alcance para apoyar a los países necesitados”.
Aunque sea cierto que el gobierno chino tuvo un comportamiento titubeante y poco claro al inicio de la pandemia, con interrogantes aun no resueltas, las propuestas de Xi Jinping en la conferencia fueron: 1) la continuación del apoyo a las investigaciones a escala mundial sobre la fuente y los medios de trasmisión del virus; 2) reiterar el compromiso de China para movilizar recursos para el combate del coronavirus; 3) la disposición de 2 billones de dólares durante los siguientes dos años para apoyar la respuesta al coronavirus, el desarrollo económico y social, de los países pobres; 4) el compromiso de que la vacuna creada por China, cuando esté disponible, sea “un bien público mundial”, lo cual ni necesitaba aclarar; 5) la propuesta de trabajar con los otros miembros del G-20 para llevar a cabo la suspensión del servicio de las deudas de los países más pobres.
El presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, hablaron de las vacunas que actualmente se investigan. Evidentemente ambos coincidieron en que deberá ser accesible a todos.
Cómo EU destruye su economía y el sistema de salud
A pesar de las bravatas de Trump, la realidad brutal es que Estados Unidos tienen la mayor tasa de infección por covid-19 del mundo –más de un millón y medio de infectados y más de 100 mil víctimas mortales. Pero además, 30 millones de personas no tienen trabajo y una de cada cinco solicitó ayuda de desempleo.
Trump, ha mentido descaradamente al mundo, ya que a él no le importa la OMS, pero en la “crisis del coronavirus, el primer gran conflicto del mundo post estadounidense”, como lo definió el periódico alemán Die Zeit del 20 de mayo, decidió emprender una “guerra para capturar” a China, lo que pone también bajo presión a la UE. Por el momento su preocupación fundamental es la reelección.
Buena parte de la población estadounidense está “paralizada”, al tiempo que se enfrenta con la peor de todas las situaciones. Un gran número de personas no recibe el seguro de desempleo desde marzo. Millones ya no tienen dinero.
Un artículo en el sitio Naked Capitalism del 7 de mayo relata que, según un reciente estudio del Brookings Institute, realizado a partir de una investigación del mes de abril, 40 por ciento de las familias con niños no tienen comida suficiente y más de un sexto de todos los niños menores de 12 años no reciben alimentación suficiente.
La lucha de Trump por las ganancias financieras; Lo que aprendió de Roy Cohn
Según afirman muchos observadores estadounidenses en este momento, el presidente Trump es el mayor problema en todo esto. Con su estrategia “garrote contra China” no sólo desencadenó un nuevo conflicto geopolítico con el país asiático, en detrimento de la UE, sino que ha negado personalmente la realidad sobre la pandemia. En reciente entrevista conjunta, se preció (o tal vez haya mentido, ya no se sabe) de estar usando la controvertida hidroxicloroquina contra el covid19.
Una mirada más atenta a su ideología muestra que él está en estado constante de negación, pues intenta culpar a las fuerzas externas. En gran medida se inspira en lo que aprendió del famoso abogado mafioso neoyorquino Roy Cohn, quien, en 1973, introdujo a Trump, en aquel entonces empresario inmobiliario, al círculo del poder de la ciudad.
Además de haber sido asistente del senador Joseph McCarthy durante la cruzada anticomunista de 1953, Cohn fue abogado de las figuras más importantes de la mafia estadounidenses, entre ellas las familias Genovese y Gambino, de Anthony Salerno, Carmine Galante y John Gotti. Como observó la revista VanityFair en 2017.
Trump aprendió de Cohn la siguiente trilogía: 1) nunca te acomodes, nunca te rindas –contraataca; 2) inicia un proceso de respuesta de inmediato; 3) no importa lo que pase, no importa cuán hundido estés en la suciedad, reivindica la victoria y nunca admitas la derrota.
Trump está obcecado con los mercados financieros. Un artículo en el sitio Homeland Security NewaWire del 10 de mayo, con el curioso título “La recuperación económica no será tan sólo en forma de U –será parecida a un carretilla”(o sea no es visible). No obstante la mayoría de las ganancias del mercado de acciones fueron alcanzadas por las “cinco grandes”, conocidas por las siglas “5 FAAMG” (Facebook, Amazon, Apple, Microsoft y Google-Alphabet): “Esos gigantes tecnológicos representan cerca de un quinto del valor total del índice S&P 500. Aún más perturbador es el hecho de que la deuda corporativa de Estados Unidos fue clasificada como BBB, apenas encima de la basura, con lo que entró en una crisis.”. Una de las grandes empresas cuyos títulos fueron rebajados a la calidad de “basura”, todavía en febrero, luego del inicio de la pandemia, fue la gigante de los alimentos Kraft Heinz, que tiene entre sus controladores al fondo de inversiones 3G Capital, de los brasileños Jorge Paulo Lemann, Carlos Alberto Sicupira y Marcel Telles.
Jared Kushner y su “Unidad de coordinación paralela”
En un artículo del 5 de abril, el veterano analista financiero MattStoll hizo una pregunta de las más pertinentes: ¿Por qué los fondos de activos privados (private equity) están cortando los salarios de los médicos y están organizando nuestra respuesta a la pandemia? El tema fue el papel especial dado al yerno de Trump, Jared Kushner, con notorios vínculos con varios fondos de activos y que está administrando una “unidad de coordinación paralela” a partir de la Casa Blanca, la cual está apartando a los principales funcionarios públicos destacados y “firmando acuerdos con la industria privada”, en un esfuerzo por organizar una respuesta agresiva a la pandemia. El autor destaca que existen en Estados Unidos cerca de 4 mil fondos de activos privados, que manejan cerca de 5 billones de dólares de activos de empresas, suma equivalente a la sexta parte del valor total de todas las empresas con acciones en la bolsa de valores del país. Elsector estalló desde 2000 y, “hoy el número de empresas manejadas por fondos de activos son más significativos como fuentes de financiamiento que las ofertas públicas iniciales de acciones en el mercado”.
La táctica favorita de los fondos, según Stoll, es comprar empresas con dinero financiado y algo de inversionistas como aseguradoras y fondos de pensión. De acuerdo con él, “en esta pandemia, los ejecutivos de los fondos de activos privados están cortando de verdad la garganta de quien pueden, están explotando cualquier poder de mercado que posean. El Cerberus de (Steve) Feinberg amenazó concerrar un hospital que poseía en Pensilvania, si el estado no ofrecía a asumir 24 millones de gastos. Otro barón de los activos privados, Joel Freedman, compró el Hospital Universitario Hahnemann de Filadelfia en 2018, en una exhibición cómica de ganancia. El hospital atendía a los pobres y Freedman lo cerró para que se pudiese usar el terreno para construir departamentos de lujo. Cuando la ciudad pidió recientemente utilizar el hospital vacío durante la pandemia, Freedman exigió un alquiler de un millón de dólares al mes”.
Por una serie de motivos despreciables, los fondos de activos privados están presionado para llevar a cabo “cortes de salarios de los médicos y de los enfermeros de la línea de frente”. Los fondos, dice Stoll, “financian sus propios servicios de personal médico, lo que significa que, en los hospitales estadounidenses, en general, los médicos no son empleados directos de los hospitales, sino de una tercera empresa. Esta pandemia está reduciendo radicalmente el lucro de los hospitales, porque están reduciendo los procedimientos más lucrativos con tratamientos para pacientes con coronavirus. Así que estas empresas están promoviendo reducciones salariales de sus propios médicos”. Por eso, afirma, quizá “los fondos de activos privados podrían llegar a ser los grandes vencedores del covid-19”.
Stoll va al fondo del problema, al afirmar que “al contrario de los líderes industriales de la Segunda guerra mundial, hoy los ejecutivos de los fondos privados están divorciados de la producción”. Concluye, contundente, calificando a Jared Kushner de “explotador mimado de segunda generación. Sus contactos están igualmente divorciados del mundo real. Esos hombres hablan el lenguaje de las relaciones públicas y de las finanzas, no de la producción, ni de la logística”.
*MSIa Informa