‘¿Vas a ponerte un bikini con esa celulitis?’, ‘¡Ya está la gorda comiendo macarrones’, ‘¿Un concurso de belleza de tallas grandes?’. Durante mucho tiempo, la brasileña Nina Souza sufrió bullying a causa de su sobrepeso.
Con 98 kilos, 1,72 de estatura y una talla 48, Souza, de 28 años, se coronó Miss Mundo Talla Plus en Ucrania.
Un título que representó una doble victoria: ganar el certamen y una recompensa por su lucha para aceptarse a sí misma.
A los 17 años
Nina (su verdadero nombre es Marina, pero se lo cambió por su padre que así la llamaba) comenzó a modelar para marcas brasileñas de cabello.
Desde pequeña sintió interés por ese mundo, tradicionalmente restringido a las mujeres delgadas.

TRASTORNOS ALIMENTICIOS
A base de dietas estrictas, Souza hizo lo posible para poder encajar en él. El resultado fue una serie de trastornos alimenticios –primero anorexia, después bulimia– que la mandaban constantemente al hospital.
A los 21 años cayó en una depresión profunda y no fue hasta dos años después que consiguió pedir ayuda e iniciar un tratamiento.
La modelo tuvo que crearse una identidad completamente nueva.
“Salí de un cuerpo delgado para volver al real, al que yo tengo, que es un cuerpo gordo. Pasé de una talla 36/38 a una 46/48. Fue un cambio muy drástico”, relata.