… escribió Víctor en uno de sus posts.
También narró que, a pesar de la felicidad del can (con el que de inmediato hizo conexión), notó que tenía hambre y decidió comprarle una bolsa de croquetas.
Pensé, de la misma manera en la que yo deseo mis galletas, el desea comer algo, no podría caminar, pasar de largo saboreando yo solo mis galletas”
Mientras pagaba los productos, el perro lo esperó pacientemente en la entrada del establecimiento. Cuando descubrió que Víctor le había comprado una bolsa de croquetas, se puso eufórico y no dejaba de saltar