LA INFILTRACIÓN DE REPTILIANOS Y HUMANOIDES EXTRATERRESTRES EN EL PLANETA

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Los reptilianos llevan tiempo en el Planeta Tierra, ocultos entre la monarquía, los illuminati y gente que sin ser de sangre real, ha logrado el éxito en diferentes formas y aceptación por su calidad, relevancia social y poder.

No obstante, los reptilianos apoderados de la Tierra, han negociado con extraterrestres, quienes han llegado progresivamente desde los años 20, con el objetivo de generar hibridaciones humanoides “más perfectas”.

Existen humanoides tan perfectos que no se les capta con facilidad, otros tienen fallas. Pueden sangrar, comer, dormir, tener sexo, de tal forma que su ingeniería genética se escapa a nuestro conocimiento.

Son buenos para las matemáticas, numerología, ingeniería o tareas que requieran mecanización y repetición como presentar informativos, ser parte de gobiernos en los que no precisan intervenciones que no lleven guion previo o alternativas a los diferentes escenarios de respuestas que se les puedan presentar, actores, cantantes, gente de moda, directores de empresa y puestos intermedios o de base que les sirven de informadores.

También se ubican entre masones y religiosos porque son estructuras organizadas que responden a una jerarquía piramidal de obediencia. Se enteran de secretos y los comparten a cambio de éxito, prosperidad y riqueza para ellos, sus familias, amigos, partidos políticos y corporaciones a las que sirven. Mientras los humanos nos preguntamos a menudo cuál es nuestra misión en la vida, ellos la tienen predeterminada y consciente.

Controlan todo y a todos, se comparte información  mediante internet, redes sociales, comunicaciones telefónicas y telepáticas, en las que los humanoides son especialistas, a diferencia de los reptilianos.

En contraste con los humanos, tanto reptilianos como humanoides híbridos extraterrestres, enfrentan problemas al aguantar su compostura e imagen humana, en circunstancias críticas de reacciones que supongan emociones.

Es probable que quizás muchos de nosotros o todos los humanos, tengamos algún resto de sangre reptiliana en nuestras venas y personalidad del pasado milenario que tratan de incrementar con la psicopatía, la ambición, las guerras y la depredación entre nosotros, para que no perdamos su estilo, ni podamos purificar nuestra alma y mente.

Se dice que los más puros son de linaje Illuminati, quienes por naturaleza o méritos propios ocupan sitios de privilegio social, impunidad en la aplicación de las leyes, así como de disfrute y pertenencia de riquezas, lo cual favorece el surgimiento de crímenes impunes, sustracción y robo de bienes, países, soberanías y dominación de los humanos.

Los reptilianos como sus seguidores masones illuminatis adoran a Satanás porque se encuadra en la depredación, continuidad del mal, la miseria y la muerte, que son parte de su estructura vital terrenal, y sólo son fuertes en grupo y en colaboración.  A diferencia de los humanos que nos asociamos por naturaleza para la construcción, la familia, el bien y la preservación de lo natural, las especies y la naturaleza.

Ellos contaminan, destruyen, crean y fomentan la guerra para la depredación intrínseca con sus personalidades y cuerpos. Imitan a lo divino, mientras destrozan lo humano, en una copia simbólica por lo que representa el poder de la creación y que han logrado secuestrar de las manos de Dios por un tiempo que universalmente es breve, pero que a los humanos en nuestras tres cortitas dimensiones se nos hace eterno.

Muchos humanos en su ambición de poder y prosperidad se han dejado seducir y penetrar por ellos a términos que ni ellos mismos saben bien en que estadía entre lo humano y lo satánico están. Guerras, destrucción, violencia, depredación, enfrentamiento, son su lenguaje habitual, mismo que nos aleja de la sensibilidad y las emociones.

Los humanoides han garantizado protección permanente a los reptilianos y la colaboración para la desestabilización, la pérdida de soberanía de los gobiernos para crear un único gobierno mundial encabezado por ellos, controlando las finanzas y fomentando la pérdida de fe en las religiones para hacer una sociedad laica o extremista, capaz de autodestruirse.

La única esperanza ante su control y capacidades tecnológicas, depende un enfrentamiento entre reptilianos y extraterrestres humanoides, lo cual es poco probable porque sus negociaciones se encaminan a la superioridad tecnológica y la realización de su proyecto hegemónico mundial.

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