Publicado: Editoria en Economía, 2 de julio de 2016 (MSIA INFORMA)
Las medidas de austeridad que están adoptando numerosos gobiernos en respuesta a la crisis financiera mundial amenazan con agravar la situación socioeconómica de sus poblaciones, pudiendo llevarlas a un cuadro de insurrección social mundial.
Esta advertencia es la conclusión principal del informe recién difundido “La crisis social mundial,” elaborado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). http://social.un.org/index/LinkClik.aspx?fieticket=vOLQqd2FT3k%3d&tabid=1561
El documento afirma que dichas directrices, principalmente en algunas “economías industrializadas,” tienden a tornar las perspectivas de recuperación económica todavía más inciertas y frágiles, por lo que es fundamental que los gobiernos tengan en cuenta las consecuencias sociales de sus medidas económicas.
El prefacio, firmado por el subsecretario general para Asuntos Económicos y Sociales, el chino Sha Zukang, es certero y pone el énfasis sin medias tintas en la necesidad de un cambio de rumbo radical de la orientación de los programas económico-financieros en vigor:
“(…) Las medidas de austeridad en respuesta a las elevadas deudas gubernamentales en algunas economías industrializadas están, también, tornando la recuperación económica más incierta y frágil. Las crecientes presiones por consolidación fiscal y las nuevas presiones en respuesta a tal endeudamiento han limitado severamente el espacio fiscal y político en las economías desarrolladas, y varios países en desarrollo, en especial los sometidos a los programas del Fondo Monetario Internacional, también están bajo presión para cortar gastos públicos, emprender medidas de austeridad, reducir el abanico de las medidas gubernamentales y liberalizar todavía más los mercados de trabajo”.
“Es esencial que los gobiernos tengan en cuenta las probables consecuencias sociales de sus medidas económicas. Se ha mostrado repetidamente que cuando se consideran las medidas económicas de forma aislada de sus consecuencias sociales pueden tener graves repercusiones en la pobreza, el empleo, la nutrición, la salud y la educación, lo que, a su vez, afecta de forma adversa el desarrollo sustentable a largo plazo.
“La desconexión entre las medidas económicas y sus consecuencias sociales puede crear un círculo vicioso de crecimiento lento y de un progreso social pobre. Los servicios de protección social universal y los programas de generación activa de empleos debieran convertirse en medidas permanentes, y no sólo componentes temporales de medidas de respuesta a las crisis nacionales.”