La psicología es una disciplina que se conoce y se practica desde hace siglos, aunque no fue hasta bien entrad el siglo XVIII cuando comenzó a desarrollarse de manera más específica alejándose de otras disciplinas como la filosofía.
Todavía hoy mucha gente piensa que la psicología es una práctica solo necesaria para quienes padecen enfermedades mentales y denominan a los psicólogos como loqueros, una percepción que se aleja por completo de la realidad.
Hoy la psicología es más necesaria que nunca pues el cambio social que están viviendo las sociedades con la revolución de las tecnologías nos ha hecho evolucionar de manera muy notable. En la actualidad ya no se dan esas mismas relaciones con el entorno como se producían hace décadas, otras generaciones.
Hace 30 años nadie podía imaginarse la repercusión que hoy en día tendrían las redes sociales en nuestras vidas ni la dependencia a internet y la tecnología que tenemos en la actualidad. Como van cambiando los valores de la sociedad, también lo van haciendo las formas de pensar, y no necesariamente a mejor.
A día de hoy existen trastornos que se asocian a la sociedad moderna que hacen de la psicología una profesión con mucho futuro. A la hora de estudiar psicología se plantea como algo obligatorio profundizar en el conocimiento de estos nuevos traumas y trastornos que afectan a las personas que conformamos la sociedad del hoy y del mañana.
¿Por qué la psicología es una profesión de futuro?
Una de las causas de muchos de los trastornos en la actualidad tiene que ver con la influencia de las nuevas tecnologías. La obsesión por la imagen digital se está convirtiendo en un problema muy serio. Desde siempre los trastornos relacionados con la imagen corporal han sido una constante de objeto de estudio, y así tenemos como ejemplos los trastornos alimentarios.
Pero en la actualidad este fenómeno se está multiplicando por la excesiva preocupación por la apariencia y la imagen que proyectamos hacia los demás. El acceso a las nuevas tecnologías y la posibilidad de estar conectados en todo momento a las redes sociales causa muchos problemas en las personas propensas a este tipo de comportamiento.
El fenómeno selfie incluso ha dado nombre a un nuevo trastorno, el Trastorno Dismórfico Corporal, que lo padecen quienes están obsesionados por tomarse fotos. No son las nuevas tecnologías la causa principal de este problema, sino el uso patológico de las redes sociales.
Un segundo problema psicológico relacionado con las nuevas tecnologías y las sociedades modernas es el tecnoestrés. El estrés siempre ha sido objeto de estudio por los profesionales de la psicología, pero en la actualidad estos problemas han mutado a lo que se conoce como tecnoestrés, que es el desarrollo de un estado psicológico negativo asociado al uso de las tecnologías de la información y la comunicación o con la amenaza de su uso en un futuro. Así lo define la psicóloga María Salanova, profesora en la Universidad Jaume I de Castellón.
Todos estos problemas están causados principalmente por el uso de los smartphones y es aquí cuando aparece la nomofobia como ese gran fenómeno a controlar. En la actualidad es prácticamente imposible imaginarse la vida sin acceso a los smartphones. Estamos conectados a internet las 24 horas del día y ante esta realidad es muy difícil desconectar un solo momento del mundo digital.
Este proceso continuo de conexión no es del todo bueno y muchas personas sufren grandes problemas cuando tienen que desconectar, sintiendo ansiedad, malestar y sensación de desubicación. Un trabajo de los psicólogos en el presente y en el futuro a corto plazo es desarrollar terapias y tratamientos para que estas personas logren superar su adicción al teléfono y los dispositivos móviles.
Por último, toda esta deriva de abuso de las nuevas tecnologías está dando lugar al denominado Síndrome FOMO (Fear of Missing Out), que es el miedo a perderse algo, la sensación de que estar desconectado de las redes va a a causar una frustración por no poder compartirlo todo. Los psicólogos reconocen que este trastorno está producido por el avance la tecnología. Las personas con FOMO acaban padeciendo depresión, ansiedad y otros trastornos de salud emocional.
Ante esta nueva concepción de la realidad, más apegada a las nuevas tecnologías, resulta fundamental la formación práctica y teórica de psicólogos, de ahí que muchos vean en esta disciplina una profesión de futuro.