La situación de la comunidad gay en México es bien sabido que vive en una cierta dualidad entre zonas más conservadoras donde los gays tienen una vida más dura y otras zonas más aperturistas como Ciudad de México donde la comunidad gay vive en libertad con mayor tranquilidad y seguridad.
La comunidad gay en México sigue estando discriminada socialmente a pesar de algunos avances producidos en los últimos años en cuanto a la posibilidad de realizar matrimonios para la comunidad gay. Ser gay en México no es algo sencillo y sigue siendo motivo de desencuentros, discusiones, disputas y una fuente de problemas en los senos de muchas familias reacias a aceptar a un miembro homosexual.
En cualquier caso son muchos los avances conquistados en las últimas décadas y el camino por recorrer todavía sigue siendo mucho, especialmente en el reconocimiento y protección legal del colectivo así como de la lucha contra la homofobia, bifobia y transfobia en el ámbito educativo para evitar casos de buylling o en la cultura empresarial.
Numerosos actos de discriminación cada año
La comunidad gay sigue sufriendo episodios dolorosos de discriminación, y es que tan solo hay que fijarse en la situación de algunas parejas en ciudades conservadoras como Tijuana o Ciudad Juárez donde se sienta observadas e intimidadas por miradas ajenas cuando salen a la calle. Si bien esta intimidación no suele traducirse en agresiones físicas si son frecuentes lo insultos y las vejaciones.
Un caso más grave aún es el de la comunidad transexual, que según los últimos datos publicados del año 2016 se produjeron hasta 16 asesinatos de personas transexuales en los Estados Unidos Mexicanos, una cifra que sigue poniendo de manifiesto la necesidad de protección de este colectivo especialmente vulnerable.
Además, hasta un 20 por ciento de los gays encuestados han afirmado que se les ha preguntado su orientación sexual en una entrevista de trabajo y un 14% han visto como inmediatamente eran rechazados por la empresa como candidato a ocupar el puesto. Son datos de la organización Espolea y de la Comisión Nacional de Derechos Humanos en colaboración el sitio web Enehache.
La situación del matrimonio igualitario
El matrimonio igualitario es una de las batallas que la comunidad gay sigue luchando tanto en la calle como en las administraciones federales y nacionales. Si bien el anterior presidente Peña Nieto sometió a votación en el Congreso de los Diputados la aprobación del matrimonio igualitario en toda la República, los resultados de esta votación fueron negativos.
La Constitución de la Ciudad de México ha reconocido el derecho al matrimonio igualitario recientemente y otros estados han seguido esta iniciativa. Así a día de hoy los estados de Nayarit, Colima, Puebla, Quintana Roo, Chihuahua, Coahuila, Jalisco, Campeche, Michoacán, Nuevo León, Baja California, Chiapas y Morelos cuentan con el matrimonio igualitario en su legislación, algo que también han incluido hasta 8 municipios del estado de Querétaro y la ciudad de Zacatecas.
Si bien son ya un buen número de estados donde se permite el matrimonio igualitario, lo cierto es que en muchos de ellos la legislación aún no contempla la adopción por parte de parejas homoparentales. Además, estados como Tlaxcala solo contemplan a día de hoy la unión civil entre personas del mismo sexo y estados como Sinaloa y Tamaulipas de momento solo reconocen matrimonios igualitarios celebrados en otros estados del país.
Estos datos son solo un reflejo de la sociedad mexicana, donde un 61% de la población se opone a la existencia del matrimonio igualitario mientras que solo un 17% se mostró favorable a incluir el matrimonio igualitario en la constitución mexicana, una clara minoría en un país que todavía conserva buena parte de la tradición y educación católicas contrarias a los derechos de las personas del colectivo LGTBI.
Por suerte, la situación aunque de forma lenta avanza paso a paso y en las próximas décadas podríamos ver un México mucho más tolerante con la comunidad gay y una legislación que ampare todo tipo de sexualidades con iguales derechos que el resto de la población. Para ello será necesario apostar por una educación en valores de igualdad y respeto y por hacer visible la realidad de un colectivo que en muchas ocasiones todavía tiene que vivir oculto a la sociedad.
