LA TUNA, LA COMUNIDAD DE “EL CHAPO”, SE CONVIERTE EN PUEBLO FANTASMA

la tuna

Foto: www.noroeste.com.mx

La Tuna, comunidad en la que nació Joaquín Guzmán Loera, prácticamente está abandonada.

 

Ubicada a seis horas de la cabecera municipal, las calles y comercios lucen vacíos. Sólo algunos ancianos, mujeres y niños se ven en la vía pública.

 

Se sabe que los hombres de la comunidad salieron por temor a ser detenidos. Nadie dice a dónde se fueron.

 

En tanto, los operativos de la Marina Armada de México aún continúan en Sinaloa e incluso en la comunidad de La Tuna, Badiraguato, lugar de origen del líder del cártel del Pacífico, por lo que algunos han decidido escapar del lugar.

 

“CUNA DEL NARCOTRÁFICO”

La vigilancia continúa por tierra y aire en la llamada “cuna del narcotráfico” en México, en la cabecera municipal se encuentra el primer puesto de control de la Marina, donde inspeccionan todos los vehículos que suban o desciendan de la zona.

 

Con la presencia de la Marina se dio la ausencia de sus habitantes, la plaza principal de este municipio se observa sola, en las calles hay poco tránsito y hasta los comercios lucen desolados.

 

Siguiendo los caminos hacia el Triángulo Dorado, formado por los estados de Sinaloa, Durango y Chihuahua, se puede apreciar a más elementos patrullando en la zona.

 

Llegar hasta La Tuna no es nada sencillo, 115 kilómetros por carretera y el resto por difíciles caminos y brechas hacen que no todos quieran o puedan subir, el trayecto es de seis horas en vehículos todo terreno.

 

CAMINOS SOLITARIOS

Son caminos solitarios, el único ruido es el del viento, los movimientos de las hojas en los árboles y, eventualmente, alguno que otro auto descendiendo.

 

Antes de llegar a la tierra que vio nacer a Guzmán Loera, las montañas de la Sierra Madre Occidental dejan ver la comunidad de La Tuna, localizada a mil 11 metros sobre el nivel del mar, enclavada en la sierra de Sinaloa, donde habitan alrededor de 100 personas.

 

 

 

mamá chapo

 

 

Entre todas las viviendas vistas desde lo lejos destaca la de Consuelo Loera Pérez, madre de El Chapo, que tiene una gran explanada, palapa y decorada con tejas, está pintada de colores tan llamativos que sería difícil pasar desapercibida.

 

Los vecinos cuentan que siempre está dentro de su casa, su edad ya no le permite moverse con facilidad, por lo que hace pequeños recorridos hacia la iglesia.

 

Ahora, las calles lucen prácticamente desiertas y sólo se alcanza a ver personas de avanzada edad, mujeres y niños que asisten a las escuelas de la localidad.

 

Cuando a los pocos habitantes que se ven por las calles se les cuestiona sobre la recaptura de “El Chapo”, dicen que no desean hablar del tema, aunque aceptan sentirse tristes porque Guzmán Loera era una persona que ayudaba a quien no tenía.

 

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