Ivette Sosa
Jóvenes de Sinaloa, Sonora, Nayarit, Colima y Jalisco están siendo cautivados por la ¨vida loca¨ de los barones de las drogas y están adoptando sus costumbres o forma de vida, que han autonombrado como ¨movimiento alterado¨, corriente musical que en sus canciones abordan temas del narco, como levantones y ejecuciones.
En un intento de imitar a los que ellos consideran un modelo a seguir, buscan adquirir ropa de las mismas marcas aunque no sean originales o en otros casos simplemente comprar la playera, el vestido o la gorra con los estrafalarios diseños de la moda buchona.
Desde el punto de vista antropológico, la gravedad de la rápida propagación de esta moda es la veneración que se ha disparado por la narco cultura, particularmente por el ciberespacio. Los modelos a seguir de los jóvenes, sobre todo de escasos recursos, ya no es un atleta o un cantante famoso, ahora son los narcotraficantes.
Sociólogos consultados por Diario Noticias Web señalan que esta influencia se debe a que los narcos representan poder. “Todo lo que está ligado al poder, a la trascendencia, a la fama, al dinero, evidentemente que es seductor y atractivo para cualquier sujeto”. También influye que la violencia se ha vuelto algo natural en las personas, amén que el narco representa una posibilidad de ascender económicamente.
EXALTACIÓN DEL MACHISMO
Los buchones tienen establecidas reglas de convivencia: la exaltación del machismo y la lealtad, de eso depende la vida de las personas. Un fragmento de la canción “Pacto de Mafias”, de Los Intocables del Norte, refiere al respecto:
“…Quiero llamarles a un pacto, colegas y gatilleros, de los ajustes que hagamos debemos ser caballeros, mujeres, niños y ancianos ya no los acribillemos, con poder y con billete tienes el mundo en tus manos, pero matando inocentes de nada sirve el reinado, porque aunque seas el más fuerte te va a llegar tu cumpleaños…” .
Sin duda, la influencia de esta ¨moda¨ en los niños y adolescentes resulta sumamente peligrosa. Su meta es ser un “buchón reconocido”, desean tener dinero, poder y mujeres que efímeramente esa vida loca les ofrece. Las jóvenes, por su parte, están dispuestas a todo: sea cárcel o plomo, con tal de obtener dinero y lujos.
Según las estadísticas del Instituto Sinaloense de las Mujeres y el Consejo Estatal para la Prevención y Atención de la Violencia Intrafamiliar, en 2010 fueron asesinadas 94 mujeres, de las cuales el 60 por ciento mantenía relación con grupos delictivos.