Leonardo DiCaprio expone a Rusia por una cárcel de ballenas, donde hay casi un centenar de orcas y belugas que fueron capturadas con la intención de entrenarlas y venderlas a acuarios en China.
La cárcel de ballenas se ubica en el mar de Ojotsk y, además de que es un crimen ecológico, se ha convertido en un grave problema de imagen para el presidente ruso, Vladimir Putin, que siempre se había declarado un firme defensor de los animales.
SE COMPROMETEN A LIBERARLAS
A principios de marzo, el viceprimer ministro ruso, Alexei Gordeyev, se comprometió a sacar a las ballenas de su cárcel, según la agencia rusa de noticias, Interfax. Algunos medios locales reportaron que las ballenas serían liberadas.
Después de casi medio año de denuncias, inacción oficial y la muerte de varios cetáceos, Putin ordenó al Gobierno dar fin a la crisis en el llamado Centro de Adaptación de Mamíferos Marinos.
FRENAN VENTA ILÍCITA
Grupos conservacionistas llevan meses alertando sobre el precario estado de 87 belugas, 11 orcas y cinco crías de morsa, después de que se frenó su venta a acuarios y delfinarios chinos, a cambio de varios millones de dólares.
Famosos como Leonardo DiCaprio, que se reunió con Vladimir Putin hace varios años para defender al tigre siberiano, han llamado a firmar una petición contra la cárcel de ballenas.
El pasado 4 de marzo agradeció, a través de Twitter, a todos los que firmaron.
Leonardo DiCaprio expone a Rusia por cárcel de ballenas (Twitter)
ANDERSON TAMBIÉN APELA A PUTIN
Pamela Anderson ha apelado al líder ruso a poner fin a la caza de cetáceos, aduciendo que eso “le granjearía el agradecimiento de millones de personas en todo el mundo”.
La situación en las últimas semanas se ha vuelto insostenible. Las imágenes publicadas por Greenpeace muestran a orcas y belugas con sarpullidos, furúnculos, yagas y manchas, que los especialistas atribuyen a infecciones víricas, bacterianas y micóticas.
Los expertos que han examinado a los cetáceos advierten que, debido al estrés provocado por la captura, el proceso de adaptación y las condiciones de la cárcel acuática, el sistema inmunológico de las ballenas se ha visto enormemente debilitado en los últimos dos meses, por lo que su vida corre serio peligro.