La vagina cuenta con una flora bacteriana que la ayuda a mantenerse limpia de forma natural, por lo que hay que evitar la utilización de jabones o perfumes en el área.
La idea de que el olor que emana de los órganos sexuales femeninos es desagradable tiene que ver más con una campaña publicitaria para vender productos de limpieza que con una realidad anatómica. Vanessa Mackay, vocera del Royal College of Obstetricians and Gynaecologists asegura que:
Constituye un mito que la vagina necesite limpieza extensiva con jabones perfumados o con productos de higiene femenina. Es buena idea evitar jabones perfumados, geles y antisépticos, ya que éstos pueden afectar el balance saludable de las bacterias y los niveles de pH de la vagina y causar irritación. A las mujeres se les recomienda usar jabones simples y sin aroma para lavar el área alrededor de la vagina (la vulva) -no adentro de ella- cada día, gentilmente. Durante el periodo de una mujer lavar más de una vez al día puede ser benéfico”.
La pregunta que se hacen los especialistas es ¿por qué las mujeres meterían polvo es sus tractos vaginales? La respuesta está en la publicidad engañosa en torno a la limpieza vaginal. La vagina cuenta con una membrana mucosa que la protege contra infecciones y una mezcla muy efectiva de bacterias (flora vaginal) que cumple la misma función.
El olor y la textura del flujo varía a lo largo del ciclo menstrual. El olor a almizcle puede aumentar después de hacer ejercicio o tener sexo. Sin embargo, si el olor se vuelve muy molesto o causa picazón en el área, debes recurrir a un profesional de la salud y evitar hacerse lavados profundos.
La utilización de huevos vaginales o de baños de asiento herbales tampoco se recomienda: por un lado, los huevos hechos de un material pétreo (jade, obsidiana y otros) no son seguros porque sus cavidades y su porosidad pueden albergar bacterias y hongos; por otro, los baños de asiento pueden alterar el balance de bacterias en tu cuerpo y hacerte proclive a infecciones.