Las lágrimas y las flores de centenares de personas acogieron este domingo los ataúdes repatriados a Kiev de los once ucranianos muertos en el avión civil derribado por error en Irán, en un contexto de tensiones exacerbadas entre Washington y Teherán.
El presidente Volodiymir Zelenski, el primer ministro Oleksi Goncharuk y otros dignatarios asistieron a una ceremonia solemne en el aeropuerto Boryspil de la capital ucraniana.
Los féretros permanecerán varias horas en una terminal del aeropuerto para recibir homenajes. El funeral está programado para este lunes.
SINCERAS CONDOLENCIAS
El presidente ucraniano no pronunció ningún discurso, pero la presidencia expresó en un comunicado sus «sinceras condolencias a las familias y a los familiares de las víctimas».
El Boeing 737 de la UIA se estrelló poco después del despegue desde Teherán en dirección a Kiev el 8 de enero, causando la muerte de todos los pasajeros y la tripulación, es decir un total de 176 personas, en su mayoría iraníes y canadienses.
Tras tres días de negación, las fuerzas armadas iraníes admitieron que habían derribado el avión por «error».
El presidente iraní, Hassan Rouhani, pidió disculpas a su homólogo ucraniano y prometió castigar a los culpables.