La Amazonia pierde a otro de sus guardianes. Ari Uru-Eu-Wau-Wau, de 33 años, participaba en la patrulla de vigilancia ambiental de su tierra indígena contra la ocupación ilegal de tierra y la deforestación para la extracción clandestina de madera.
Su cuerpo apareció sin vida el 18 de abril, a la víspera del día del Indio en Brasil, en la cuneta de un camino de tierra que lleva para la aldea 621 Jaikara, municipio de Jaru, estado de Rondonia en la región amazónica del norte de Brasil. Su moto también fue encontrada al otro lado del camino.
Ari falleció como resultado de una hemorragia aguda provocada por un impacto en la nuca con un objeto contundente, según apuntó el médico responsable de las pericias médicas.
HOMICIDIO
La policía federal levantó en un primer momento la hipótesis de un accidente aunque incluyó posteriormente la posibilidad de homicidio.
Hace tiempo que los Uru-Eu-Wau-Wau y sus aliados vienen denunciando la invasión y los asentamientos de no-indígenas dentro de este área, y al mismo tiempo, denunciando las amenazas de muertes recibidas, expone en un comunicado de la Asociación de Guerreras Indígenas de Rondônia (AGIR).
El joven indígena, que tenía dos hijos de 10 y 14 años, era profesor y agente ambiental en las aldeas indígenas.
Tras cumplir con los rituales funerarios, su comunidad enterró el cuerpo conforme a la práctica Uru-Eu-Wau-Wau: sepultado en la arena bajo la hamaca donde solía dormir, en posición sentada y con un penacho de plumas en el pecho en señal de protección, precisa actualidad.rt.com