Con ligero acento, Maria Butina se ha declarado este jueves en un tribunal federal de Washington “culpable” de conspiración como agente del Kremlin en Estados Unidos.
La mujer rusa estuvo infiltrada en las altas esferas de la política conservadora norteamericana desde 2015 hasta su detención en julio de 2018.
Butina, de 30 años, se enfrenta a un máximo de cinco años de prisión, aunque la sentencia no se dictará de forma inmediata.
SERÍA DEPORTADA
Su cooperación con las autoridades federales puede reducir la pena considerablemente, desde seis meses a ninguno en prisión. Es muy probable que sea deportada una vez haya cumplido la sentencia que se le imponga.
Su declaración de culpabilidad supone la admisión de conspirar con un estadounidense, supuestamente un influyente consultor del Partido Republicano llamado Paul Erickson, para, bajo las órdenes de Moscú, establecer canales de comunicación secretos entre “políticos estadounidenses” con el fin último de beneficiar a la Federación Rusa, según el acuerdo al que ha llegado con el tribunal.
Butina deberá ahora aportar pruebas contra el hombre con quien trabajó de forma cercana y con el que mantuvo una relación romántica (se ha conocido una visita de él a Moscú en 2013). Erickson es un antiguo consejero del Partido Republicano que dirigió la campaña presidencial de Pat Buchanan en 1992.
Butina trabajó, supuestamente, bajo las órdenes de un alto funcionario del Gobierno ruso, Alexander Torshin, quien ocupaba un alto puesto en el Banco Central ruso, y se benefició de la ayuda económica de un oligarca multimillonario cercano al Kremlin a quien llamaba su “financiador”, según informaron fiscales federales tras su detención en julio.
Fuente: El País