Desde hace casi 10 años, un grupo de mexicanos está trabajando en la llamada medicina de precisión. Analizan las células de pacientes con cáncer para determinar tratamientos personalizados, los cuales aseguran ser la manera más eficaz para combatir esta enfermedad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que en las próximas dos décadas el número de nuevos casos de cáncer podría aumentar hasta en un 70 por ciento en el mundo, es decir, 22 millones de personas cada año serían diagnosticadas con este padecimiento, más de la mitad de estos casos se concentrarán en América Latina, Asia y África.
A finales de 2016, José Luis de 46 años, fue parte de las estadísticas de personas diagnosticadas con cáncer para él fue en el colón, etapa 4, ya con metástasis.
“La etapa cuatro era la más avanzada, yo tenía un estimado de vida, entre tres y seis meses, entonces quería hacer y no quería hacer nada; ya estaba muy avanzado, yo estaba en muy malas condiciones, yo me veía al espejo y decía: híjole, yo creo que no acabo ni la semana”, indicó José Luis Hermosillo.
Luego de acudir a tres hospitales, en los cuales los diagnósticos siempre eran inciertos, ingresó al Instituto Nacional de Cancerología ahí resultó ser candidato para un análisis molecular y genómico y con ello poder recibir un tratamiento médico personalizado.
“Me dijeron vamos a hacer un estudio con tus laminillas que va a determinar si eres candidato al mejor tratamiento, me estudian esa parte y hacen unas pruebas y determinan que eso, me puede ayudar, por lo menos que es mi esperanza de vida, en cuanto a tiempo y calidad de vida y bueno empieza mi quimioterapia”, comentó José Luis Hermosillo.
Después de un año de quimioterapias, una cada semana, siempre con esa dosis precisa que arrojó aquel estudio, hoy, José Luis asegura tener otra oportunidad de vida. “Hace poco, hace unos meses me dan la noticia y bueno me dicen que finalmente el cáncer se detuvo; el cáncer paró, que no hay actividad”.
Según especialistas, la llamada medicina de precisión es el modelo ideal que debe aplicarse en América Latina para atender los casos de cáncer, reducir su morbilidad y mortalidad; así como eliminar las reacciones adversas a fármacos.