La doctora Yeswanthini Bhushan todavía está viviendo con el trauma de la experiencia vivida el 16 marzo de 2014, en un hospital de Dundee, Escocia. Aquel día, la doctora fue testigo de un parto que acabó en la decapitación accidental de un bebé dentro del útero de la madre.
Según su testimonio ofrecido con lágrimas a un tribunal de Manchester esta semana, Bushan le advirtió repetidamente a la doctora encargada del parto que “tuviera cuidado”. La ginecóloga Vaishnavy Laxman estaba recibiendo al bebé en posición de nalgas, es decir, el producto estaba en podálica.
En esta presentación -la cual solo se da en 3% a 5% de mujeres en parto- el doctor tiene dos opciones para la madre: parto vaginal de nalgas o la operación de cesárea. El parto vaginal no se recomienda si el bebé es más grande o pequeño de lo normal, si su cuello se encuentra hiperextendido o si sus pies están abajo del trasero.
En su comparecencia , la madre de 30 años de edad (en la fecha de la tragedia) indició que nunca se le dio la oportunidad de elegir la cesárea.
Cuando la doctora Bhushan se presentó en la “catastrófica escena” para ayudar a la paciente, vio que la doctora Laxman estaba jalando al bebé por los pies mientras le ordenaba a la madre que pujara. Dijo:
Sabía que este bebé era extremadamente frágil. Que el bebé tenía hematomas notables y que el cuello estaba extendido. Les dije a los demás que tuvieran cuidado.
La presión hizo que la cabeza del producto se desprendiera del resto del cuerpo, así perdiendo la vida. Los médicos no tuvieron otro recurso más que realizar una cesárea para extraer la cabeza del niño. Acto seguido, lograron coser la cabeza al cuello para que la madre pudiera abrazarlo y despedirse del bebé.
Es la experiencia más horrible que alguien podría tener y la memoria no deja de perseguirme”, dijo la doctora Bhushan. Luego del procedimiento fallido, ella habló con la doctora Laxman, quien se encontraba bastante alterada.
Ella dijo que lamentaba haberme metido en esto y que desearía haber hecho una cesárea.
A través de su abogado, la doctora Laxman se puso en contacto con la madre (identificada en el caso como “paciente A”) para lamentar profundamente lo ocurrido. La paciente dijo que nunca perdonaría a la doctora.