Hallar el sitio ideal en tu vivienda u oficina para tener una buena señal de internet puede ser una tarea complicada. Pese a que el alcance de los aparatos de Wi-Fi es cada vez más alto, siempre pasa que falla la señal.
Aunque no las veamos, las ondas electromagnéticas viajan por medio del vidrio, la madera o el concreto. Pero existe un material que te podría ser más útil: el metal.
¿Cómo funciona?
El metal, en este caso el aluminio, hace que las ondas reboten, consiguiendo una adaptación para distribuir el Wi-Fi por donde más se necesite.
Investigadores del Dartmouth College, New Hampshire en Estados Unidos, se dieron a la tarea de descubrir que con aluminio es posible hacer un reflector de señal para amplificar el alcance y desviar otras redes -como las de los vecinos-.
Las antenas en los routers suelen ser omnidireccionales, por lo que con ayuda de un reflector hecho con un par de hojas de aluminio es posible dirigir las ondas hacia la dirección donde más se usa.
Solo necesitas acomodar el router de frente a la dirección que deseas impulsar el Wi-Fi y colocar las hojas de aluminio en forma de medio círculo por detrás del router. En caso de que quieras direccionar a lados contrarios, puede usar un cartón cubierto con aluminio y moldearlo en forma de S, de este modo cada una de las dos antenas quedarán rodeadas y enviarán señal a dos lados distintos.