#MeToo apoyará a víctimas pese a suicidio de Armando Vega Gil, de Botellita de Jerez

 

Cerca de las 06:00 horas de la mañana del lunes fue encontrado el cuerpo sin vida del músico Armando Vega Gil, colgado de un árbol de la calle Monte Albán en la colonia Narvarte.

 

Una hora y media antes, en Twitter el bajista de “Botellita de Jerez” compartió un escrito en el que aseguraba que había una acusación en redes sociales en su contra por presunto acoso sexual, cometido contra una mujer que tendria 13 años cuando ocurrieron los hechos.

 

Y señaló que ante la imposibilidad de abogar por sí mismo en redes ante una acusación falsa, optaba por el suicidio como “decisión consciente, voluntaria, libre y personal”.

 

DENUNCIA ANÓNIMA

Dicha denuncia se hizo a las 12:50 horas de la tarde del domingo en la cuenta MeToo Músicos Mexicanos.

 

En el relato anónimo se indica que Vega Gil se habría insinuado con comentarios “explícitamente sexuales” contra la denunciante cuando ella era estudiante de secundaria y él tenía 50 años.

 

“Estaba bastante aterrado. Todos le dijimos son redes sociales que se vuelven y al ratito ya se bajan, no hay sustancia real detrás de un acuse se esta naturaleza. Él mismo comentaba: ‘ni me acuerdo’. Lo que entiendo es que dijo palabras, nunca la tocó fueron palabras y ella se sintió amenazada”, reveló Santiago Ojeda, integrante de Botellita de Jerez.

 

SE REABRE DEBATE

Este hecho reabrió el debate sobre la forma en que el movimiento MeToo en México ha abierto cuentas en redes sociales para que las mujeres puedan denunciar acoso, abusos y conductas violentas por parte de hombres, ya fueran jefes, compañeros de trabajo o exparejas, principalmente entre escritores, periodistas, cineastas, el teatro o la academia.                                                                               

A este esfuerzo se sumó la cuenta de Periodistas Unidas Mexicanas. Las acusaciones se incrementaron desde el pasado 21 de marzo.

 

Cuando la activista por la movilidad Ana G. González escribió sobre la necesidad de hacer un movimiento “MeToo” en el círculo de escritores, tras referir el escritor Herson Barona había golpeado a una conocida suya.

 

“Negó haber violado y golpeado a mujeres y reconoció: me esfuerzo todos los días por dejar de reproducir conductas que pueden ser nocivas”, comentó Ana G. González sobre el escritor.                                                                                                                                                                                                                                    

VIOLENCIA DE GÉNERO

En dichos espacios también se encuentran denuncias donde otras mujeres acusan a sus exparejas de estos comportamientos.

 

Pero también algunas referidas por féminas que no estuvieron involucradas directamente con los hechos.  Estas denuncias, aseguran las mujeres, son para visibilizar los comportamientos violentos y no tienen relación con alguna denuncia penal.

 

REVISAR PROTOCOLO DE DENUNCIAS

El principal propósito es que no haya nuevas víctimas. Es lo que mueve la denuncia pública, prevenir futuras víctimas, se asegura.

 

Algunas de las denuncias ya han tenido consecuencias, como el cese de presuntos agresores de sus trabajos o reflexiones en torno a comportamientos de los hombres.

 

Si bien una de esas reflexiones ha sido revisar el protocolo de acusaciones anónimas, las cuentas mantienen dicha condición como una garantía para que las mujeres se atrevan a denunciar.

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