MI ESPOSO ESTÁ EN PRISIÓN POR DECIR LA VERDAD SOBRE EXTRATERRESTRES: JO ANN RICHARDS

Picture

Una mujer asegura que su esposo se encuentra en prisión por cargos de asesinato, pero que en realidad era perseguido por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), ya que exponía la verdad sobre los extraterrestres.

Jo Ann Richards recorre Estados Unidos y Reino Unido, ofreciendo conferencias OVNI, a fin de convencer a la audiencia que Mark Richards de 62 años, no es el fantasioso manipulador que se decía cuando lo declararon culpable de asesinato en primer grado; incluso, lo describe como un “preso político”.

Afirma que previamente, su marido fue involucrado en programas espaciales secretos que involucran varias especies exóticas de extraterrestres y que su marido era perseguido por los llamados hombres de negro, cuando estaba a punto de decir la verdad al mundo sobre este encubrimiento.

En una conferencia UFO en Watford, se mencionó la historia sobre cómo Richards y su padre, Ellis Loyd Richards Jr., fueron involucrados en la investigación secreta con extraterrestres.

Añadió que en junio de 1961, cuando su marido era un niño, asistió a una conferencia secreta en un castillo en Inglaterra, con la participación de los “líderes de la Tierra y cientos de especies de extraterrestres de todas partes de la galaxia”.

Su impactante historia detalla que unas de las especies de extraterrestres eran rapaces, exactamente igual a los que los reptiles que se ven en las películas de Parque Jurásico, sin embargo, tenían una característica: hablaban inglés.

“Estos se originaron a partir de los dinosaurios en la Tierra, algunos de ellos abandonaron la Tierra antes de que llegara el cometa y habían ocupado otro planeta”, destacó.

Richards dirige la sede de Defensa de la Tierra, lo que ella nombra una organización sin fines de lucro, que vende informes sobre encuentros extraterrestres, escritos por su marido que se encuentra en la cárcel y trata de crear conciencia acerca de la “injusticia” que se le ha enfrentado.

Conferencias de Jo Ann Richards

Richards abre sus conferencias preguntado por qué el hombre con el que se casó que se encuentra en prisión es “inocente” del crimen del asesinato de su amigo.

“Mi esposo estaba perseguido por asesinato que no tenía nada que ver con lo sucedió en 1982”, y puntualizó: “ha estado en prisión desde hace casi 30 años por algo que no tenía nada que ver con él”.

Dijo que en 1979, Richards condujo un escuadrón en una supuesta batalla subterránea entre humanos y alienígenas siniestros que habían estado experimentando en las personas en una base secreta en Dulce, Nuevo México, y rescató a cientos de personas allí.

La batalla de Dulce es un mito dentro de algunos círculos OVNI y teoría de la conspiración. La verdad acerca de esta batalla fue una de las principales cosas que Richards estaba a punto de exponer al mundo cuando fue detenido por el asesinato, asevera Jo Ann.

No obstante, el tribunal mencionó una historia muy diferente sobre el asesinato: El 13 de julio de 1982, el cuerpo del amigo de Richards, un restaurador de coches de la época, Richard Baldwin, de 36 años, fue encontrado lastrado por un motor fueraborda en el agua cerca de la Isla hermanas en Bahía de San Pablo, San Francisco, Marin County, California.

Estaba envuelto en una lona de plástico y una pantalla de bambú y atado alrededor del cuello y los tobillos por cable, cuerda y cinta adhesiva. Baldwin tuvo una fractura de cráneo y fue apuñalado en el corazón.

Richards, un renovador de casas, de entonces 29 años de edad, y dos empleados de 17 años de edad, fueron detenidos bajo sospecha de asesinato.

Cuando se registró la casa de Richards la policía encontró varios documentos y fotografías que sugerían que estaba planeando un golpe de Estado para hacerse cargo del Condado de Marin y establecer un reino conocido como Pendragón.

El caso llegó a ser conocido como el asesinato de Camelot. Los investigadores encontraron pruebas de la existencia de una organización secreta, con otros miembros, llamados Pendragon dirigido por Richards.

Los detectives encontraron mapas, fotos aéreas del condado de Marin y planes para hacer un láser de pistola y ametralladoras.

Richards afirmó que no tenía ninguna intención de organizar un golpe de estado armado y que era toda la investigación para un libro de ciencia ficción que estaba planeando, pero el extraño descubrimiento lo llevó a juicio.

Uno de los adolescentes, Crossan David Hoover, más tarde confesó que azotó a Baldwin con un bate de béisbol, y después, lo apuñaló con un cuchillo y un destornillador.

Inclusive, señaló que Richards había planeado el asesinato, diciendo el señor Baldwin le debía tres mil dólares. Hoover podría tener una cuota de cinco mil dólares, pero que también se le daría un papel prominente en él nuevo reino.

Los fiscales no trataron de demostrar que estaba planeando un golpe de estado, pero sí que había utilizado a los jóvenes para realizar el asesinato.

Richards no apeló su condena

No empezó a hablar de su “historia con los extraterrestres” hasta el año 1997, cuando conoció a Jo Ann, su segunda esposa, que lo visitó en la cárcel.

Ahora escribe informes sobre su supuesta participación en operaciones militares y espaciales secretas, que luego se venden en las conferencias OVNI por la señora Richards, como parte de su campaña a favor de la justicia para él.

Los detractores han señalado que no hay ningún registro de su servicio militar y que si se estaba enmarcado, esto habría surgido en el juicio, y que pudo haber sacado el tema antes de 1997.

De igual forma, indican que el hecho de estar en la cárcel de por vida le permite, a través de su esposa, liberar información sobre una presunta actividad extraterrestre por lo que el complot de la CIA que lo enmarca, habría sido un fracaso.

La señora Richards insiste que las historias fantásticas de su marido son reales. De hecho, asegura ser psíquica y que su difunto padre le acompaña durante las conferencias: “Sé que hay gente que no me cree, y eso está bien”, puntualiza.

(Fuente: Express.co.uk)

Sin categoría

Noticias relacionadas

Comenta