Microplásticos, un grave peligro para la salud humana

 

A nivel mundial, existe una gran preocupación por la contaminación de plásticos en el medio ambiente.

 

El problema va más allá de los océanos y animales marinos, ya que recientemente se encontraron partículas de microplásticos (su tamaño es inferior a los cinco milímetros, pero a veces son microscópicos) en las personas.

Un estudio realizado por la Universidad de Heriot-Watt de Escocia detalló que una persona puede llegar a ingerir de 68.415 a 13.731 partículas de microplásticos cada año.

 

En promedio, la comida que consumimos a diario puede contener más de 100 microplásticos, los cuales se albergan en el intestino humano.

 

HECES Y MICROPLÁSTICOS

A través de un trabajo piloto, investigadores examinaron muestras de heces de ocho personas provenientes de Italia, Japón, Finlandia, Polonia, Rusia, Países Bajos, Reino Unido y Austria.

 

Los expertos localizaron una gran variedad de microplásticos. El gastroenterólogo de la Universidad Médica de Viena (Austria), Philopp Schwabl detalló que los resultados fueron sorprendentes.

 

El plástico con mayor presencia en el organismo humano es el propileno. “Básico en los envases de leches y sumos, y el PET, del que están hechas la mayoría de las botellas de plástico”.

 

Esto no es todo, hallaron 20 microplásticos por cada 10 gramos de materia fecal.

 

 

SALUD HUMANA EN RIESGO

Hasta el momento no se tiene certeza de las implicaciones de los microplásticos (provienen de la descomposición de plásticos de mayor tamaño) para la salud humana.

 

No obstante, a través de varios estudios ya se detectaron este tipo de partículas en 83% de muestras de agua de grifo de alrededor del planeta.

 

El indice de contaminación más alto se encontró en la Unión Americana; 94% del total de las muestras estaban contaminadas. Además, más del 90% de las 39 marcas que venden sal a nivel mundial contiene microplásticos.

 

¿FUERA DE CONTROL?

Dicha contaminación es mayor en la sal marina, después le sigue la sal de lago y al final queda la sal de roca.

 

Está claro que cada vez es más difícil controlar el problema de los plásticos y con mayor frecuencia se filtra en los océanos y vida cotidiana, como nuestra alimentación.

 

Por ende, se recomienda consumir el menor número de productos envasados en plásticos y, en caso de hacerlo, depositar los envases en los lugares establecidos para reciclarse.

Con información de ABC.

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