Geraldo Luís Lino en MSIA Informa
Un estudio reciente del Banco Mundial demuestra una terrible realidad: en la segunda década del siglo, cuando hasta países como China e India son capaces de mandar naves espaciales orbitando Marte, gran parte de la humanidad no tiene acceso a servicios como la electricidad o gas doméstico.
Según el informe “Monitoreando el ODS7: Informe del Progreso Energético 2018”, mil millones de personas (13% de la población mundial) vive sin electricidad y más de 3 mil millones (41% de la población) tiene que recurrir a combustibles primitivos de biomasa –altamente contaminantes- para cocinar sus alimentos, causando fuertes impactos en su salud, productividad y calidad de vida (Banco Mundial, 23 de mayo de 2018).
La expresión “ODS7” se refiere al séptimo de los Objetivos de Desarrollo Sustentable establecidos por la Organización de Naciones Unidas (ONU) a ser conseguidos para el año 2030; en este caso, el acceso universal a la electricidad y las tecnologías limpias domésticas.
La conclusión del informe, un trabajo colectivo del Banco Mundial con la Agencia Internacional de Energía (IEA), la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA), la División de Estadísticas de Naciones Unidas (UNSD) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), es preocupante: el mundo no está haciendo lo suficiente para cumplir tales metas en el plazo establecido.
Según el estudio, si persisten las tendencias de electrificación, 8% de la población mundial todavía estará a oscuras en el 2030.
MUJERES Y NIÑOS, PRINCIPALES VÍCTIMAS
En cuanto a las técnicas de cocción la situación es todavía más seria, pues la proyección de las tendencias actuales indica que, en 2030, 2300 millones de personas seguirán quemando leña, carbón vegetal, estiércol y otros tipos de biomasa –cuyas emisiones son responsables de 4 millones de muertes por año, por enfermedades cardio-respiratorias, número superior al de las víctimas de tuberculosis y SIDA sumados. Las principales víctimas son mujeres y niños.
A pesar de los pesares, hay algunas noticias buenas. En África, en los últimos años, por primera vez la electrificación superó el crecimiento poblacional. Entre 2010 y 2016, Etiopía, Kenia y Tanzania lograron aumentar en 3% al año . la parte de población con acceso a la electricidad.
En Asia, India logró la inigualable hazaña de llevar electricidad a 300 millones de personas en el mismo período. En América Latina y en El Caribe, se estima que solamente Haití quedara fuera de la meta de electrificación casi universal hasta 2030.
En cuando al asunto de cocción de alimentos para el siglo XXI, el informe afirma que la lentitud se debe a la baja concientización de los consumidores, al poco financiamiento para el sector, al bajo progreso tecnológico y a la falta de infraestructura para la producción y distribución de combustibles limpios.
Entre los pocos casos exitosos, se cita a Indonesia y a Vietnam. Ambos lograron aumentar en 30% el acceso de su población a técnicas modernas, entre 2010 y 2016.
El informe completo (en inglés) está en el sitio del Banco Mundial.