Abrazar a quien o quienes queremos, no sólo es placentero y reconfortante, sino que tiene múltiples beneficios para la salud.
Disminuye la ansiedad: Un estudio reveló que un abrazo es capaz de disminuir los niveles de ansiedad de una persona. Tras un arduo día de trabajo, un abrazo puede ser todo lo necesario para relajarnos.
Incrementa la confianza con tu pareja: El contacto físico es imprescindible para estrechar lazos en una relación. De esta forma, los abrazos son elementales para tener confianza.
Permite liberar oxitocina: La oxitocina, también nombrada “hormona de los abrazos”, se libera al mantener ese contacto especial con alguien. Provoca relajación, sensación de vinculación y felicidad.
Es una forma de demostrar cariño: El lenguaje universal se practica mediante gestos que pueden ser mucho más elocuentes que cualquier novela. Si quieres saber si tu pareja te quiere o quieres demostrarle tu amor, abraza a esa persona especial.
Te ayuda a descansar: Al reducir los niveles de ansiedad y relajarte, contribuye a descansar mejor.
No hay que saber dar un abrazo: Para dar un buen abrazo, no necesitas saber nada más que disposición.
Te ayuda a respirar: Los abrazos tienen la capacidad de tranquilizar a una persona. Si hay estrés, un abrazo permitirá disminuir las pulsaciones y relajar la respiración.
Mejora tu vida sexual: Los abrazos sirven como preámbulo; su práctica libera dopamina, una hormona que aumenta el deseo sexual para dar rienda suelta a la imaginación y la pasión.
Libera de complejos: Cuando abrazamos a alguien sentimos su cuerpo sobre el nuestro; ello provoca seguridad y la capacidad de mostrarnos sin tantos complejos ante otra persona.
Disminuye la presión arterial: Al liberar oxitocina, activamos unos mecanorreceptores de la piel llamados Corpúsculos de Pacini, los cuales se encargan de reducir la presión arterial.
Aumenta las defensas: Cuando recibimos o damos un abrazo, nuestro sistema inmunológico se activa y eso favorece la creación de glóbulos blancos. Así, podemos prevenir muchas enfermedades y mejorar nuestras defensas cuando nos sentimos débiles.
Es la mejor forma de iniciar una reconciliación: Cuando tenemos un mal día, una discusión con alguna persona o nuestra pareja, dar un abrazo nos permitirá romper la tensión generada y, desde luego, nos sentiremos mejor.
