Luego de la aparición del Covid 19 en China, el epicentro se ha trasladado a Europa y a Rusia.
La respuesta de los gobiernos europeos que están en comunicación constante con los principales epidemiólogos y virólogos no tiene precedente, pues estamos en medio de una lucha entre la vida y la muerte, una lucha contra el tiempo, para frenar la rápida propagación del este virus mortal.
En Alemania casi todos los restaurantes, bares cines, albercas públicas, teatros y salas de conciertos están cerradas. Todos los espectáculos deportivos están cancelados, así como las ferias y las reuniones de más de 100 personas. Las iglesias han cerrado y la mayoría de los gobiernos están trabajando en la modalidad “domestica” o por medio de teleconferencias. Las bibliotecas y los supermercados están cerrados, salvo en el caso de que estos últimos abastezcan de comida. La mayor parte de la producción está paralizada, en tanto que la aviación comercial ha reducido su actividad al mínimo. Todas las fronteras europeas (EU-Schengen) y cada vez más el tráfico dentro de Europa están cerrados virtualmente para el turismo.
Sorprendente fue el discurso del Presidente francés, Emmanuel Macron, del 16 de marzo, en el que pidió “la movilización general del pueblo francés” para combatir el corona virus. Anuncio que el gobierno había adoptado las medidas más estrictas para frenar la difusión de ese virus y dejó claro que Francia tenía que tomar decisiones excepcionales, como la suspensión virtual de toda la vida social, medidas que son temporales “en tiempos de paz”.
La Canciller alemana se dirigió a la nación el 18 de marzo y afirmó que Alemania “estaba ante el desafío más grave desde la Segunda guerra mundial”. Se refirió a la paradoja de que en tiempo de emergencia la gente busca el apoyo de los amigos, mientras que el corona virus es una dificultad en la que la ayuda es hacer “lo contrario”, es decir, reducir los contactos sociales, para frenar la propagación del corona virus.
“Haremos lo que sea por la economía”
El presidente Macron, anunció medidas económicas especiales para la economía francesa (entre ellas más ayuda para las empresas pequeñas y medianas, medidas de alivio impositivas y ayuda para los bancos pequeños), el Primer ministro italiano, Giuseppe Conte y la canciller Merkel, en línea con el ministro de Economía de Alemania Altmeier, el ministro de Finanza Scholtz, el del Trabajo Hubertus Heil, y la presidente del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, así como los ministros de finanzas de la UE, han estado expresando estos últimos días su firme compromiso de que, para ayudar en esta difícil situación económica y productiva al sector industrial de Europa, ya sean grandes empresas, firmas medianas o pequeñas, así como contratistas independientes o eventuales, y a casas bancarias, “haremos lo que sea”.
Al tiempo que Christine Lagarde anunciaba un programa de emergencia de 750 mil millones de euros para la comprar bonos gubernamentales europeos, el ministro de Finanzas de Alemania daba a conocer que Alemania brindaría una ayuda extra de 500 mil millones de euros para las empresas y la infraestructura. La Corporación de Crédito para la reconstrucción (Kreditanstalt fur Wiederaufbau) se encargaría de extender garantías y bonos, así como otorgar créditos a bancos y empresas pequeñas. Los ministros de finanzas de la UE anunciaron que se hará todo para combatir el corona virus. Se habla de la emisión de bonos por parte del Mecanismo de Estabilidad Europeo (ESM, por sus siglas en ingles) que dispone de una capacidad de crédito de 410 mil millones de euros.
En una conferencia de prensa de los ministros alemanes de Economía, del Trabajo y del presidente de la Asociación Federal de Patrones, Ingo Kramer, y del presidente de la Confederación Sindical Alemán (DGB), Reimer Hoffman, el 18 de marzo, se señalo que a la luz de esta crisis sin precedentes, la solidaridad social tiene que actuar, puesto que se trata de una emergencia “más crítica de la de 2008-2009”.
Para las siguiente semanas esto hace que el gobierno brinde ayuda en términos de “auxilio a corto plazo” para los trabajadores que ahora trabajan menos horas o que no tienen empleo; también anunciaron que habrá una intensa cooperación con sus respectivas agencias para ampliar a la cantidad destinada a la creación de empleos. Esas medidas, en esencia, reclaman un “solidaridad social”, un pacto social entre los sindicatos y los patrones para superar la crisis en un espíritu de solidaridad.
*MSIa Informa