“Charlotte ya no está sufriendo. Ella está libre de convulsiones para siempre. Muchas gracias por todo tu amor”.
Con este mensaje, la familia Figi despidió en Facebook a su heroína. Charlotte tenía 13 años y sufría una dramática versión de epilepsia llamada Síndrome de Dravet. Pero además, en los últimos días se contagió coronavirus al mismo tiempo que sus padres y hermanos. Su muerte fue anunciada en redes sociales el último martes. Conmocionó a todo Estados Unidos, pero particularmente al universo cannábico: su caso inspiró a miles de enfermos que encontraron en el uso de aceite de mariguana una esperanza para una mejor calidad de vida.
En las últimas semanas, Paige Figi, mamá de Charlotte, hizo relatos casi diarios en Facebook sobre una “enfermedad grave” que afectó a toda su familia. En uno de esos posteos contó que habían internado a Charlotte, pero nunca explicitó que se trataba de coronavirus hasta la última publicación.
Si bien no fue confirmado por ahora por autoridades sanitarias oficiales, Figi se transformaría en la víctima fatal de este virus más joven del estado de Colorado, donde la familia vivía y desde donde desarrolló, junto con los seis hermanos Joel, Jesse, Jon, Jordan, Jared and Josh Stanley, un aceite de cannabis con la molécula CBD que se popularizó en el mundo por su efectividad para calmar las convulsiones de niños con epilepsia y otras enfermedades.
“Tu trabajo está hecho Charlotte, el mundo ha cambiado, y ahora puedes descansar sabiendo que dejas el mundo en un lugar mejor”, publicó en su cuenta de Instagram la fundación de investigación y desarrollo del cannabis medicinal The Realm Calm, de cuya creación formó parte la familia de la niña junto con los Stanley.
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Fuente: Infobae