Con materiales en desuso, Jazmín Arévalos quiso emplear su talento para crear sillas de ruedas para animales minusválidos.
No es raro que el destino de perros, gatos y otras mascotas que no pueden caminar sea la eutanasia. Para estos casos existe una asociación civil, llamada Rescaes, que tiene un refugio para animales. Es aquí donde Arévalos utiliza sus conocimientos en carpintería y herrería para construir sillas de ruedas.
“Mascotas sin movilidad en las patas traseras por un problema de cadera o por amputaciones merecen una segunda oportunidad para caminar y correr”, dice la herrera.
Las sillas son hechas con carritos de bebés y caños de plástico o de metal, todos reciclados.
Dice el veterinario Raúl Tuma que aquellos animales con una discapacidad “merecen tener el carrito con ruedas porque ellos no pueden vivir sin caminar”
De manera ocasional, Arévalos recibe pedidos muy particulares.
“Una persona me pidió una silla de ruedas para su mascota que pesaba unos 120 kilos, era un cerdo”.
Foto: Televisa