MESA DE REDACCIÓN
A los siete años, un niño boliviano fue víctima de un brutal castigo que le dejó graves marcas en su pequeño cuerpo y en su alma. De hecho, desde que el pequeño nació, fue flagelado sistemáticamente por sus padres.
La última vez, quienes debían cuidarlo, alimentarlo y darle amor, lo golpearon salvajemente con una manguera y ramas espinosas.
En esta ocasión, la brutal golpiza fue denunciada por uno de los mentores del menor, en Quillacollo, Bolivia.
PROFESOR DENUNCIA LOS HECHOS
Cuenta el profesor que las dolencias físicas del menor y su dificultad para realizar tareas escolares, despertaron su preocupación por el pequeño, por lo que, al terminar la clase, acudió a la Defensoría de la Niñez y Adolescencia (DNA) para denunciar que algo anormal sucedía en casa con su alumno.
Al acudir las autoridades al hogar del niño, sólo se encontraba su progenitora, de 33 años. Tras ser presionada, los llevó a donde el pequeño. Él confesó la paliza que habita recibido con una manguera y las hojas de una planta espinosa.
Tras la supervisión psicológica, el infante indicó que era víctima de brutal maltrato por parte de sus progenitores. Su madre fue inmediatamente detenida, pero el padre se encuentra prófugo.
El menor quedó al cuidado de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, institución boliviana de protección, relata el portal el-policial.com.