No desperdicies el tiempo con malos propósitos para 2018

 

Todos conocemos cómo es: te propones una meta demasiado ambiciosa y ambigua para el año nuevo, luego de dos semanas te das por vencido y, a fines de enero, finges que eso jamás pasó.

El próximo año, propongámonos escoger mejores propósitos. Hay tres grandes razones por las que solemos fracasar en nuestros propósitos de año nuevo. El primero es adoptar resoluciones basadas en algo que una fuerza externa (la sociedad, los amigos o lo que sea) nos dice que cambiemos, en vez de optar por algo que nosotros queremos cambiar. Después, nos ponemos metas ambiguas sin indicadores de éxito bien definidos. Y, por último, simplemente somos poco realistas sobre nuestras metas.

Entonces, ¿qué debes hacer si quieres cambiar esa situación? En nuestra guía, Jen A. Miller sugiere seguir la estrategia CREAS:

Cuantificable: Sin importar cuál sea la meta, encuentra la forma de poder medir el progreso.

Relevante: Halla una meta que tenga la importancia suficiente para que estés motivado a cumplirla.

Específico: Establece metas concretas y claramente definidas con puntos específicos de éxito.

Alcanzable: Establece una gran meta, pero que sea razonable. Tu meta puede ser ambiciosa pero ten en cuenta que sea algo que puedes lograr.

Sujeto a un plazo: Establece un plazo razonable para tu meta, y enfócate en las pequeñas victorias a lo largo del camino.

Muy bien, ya conocemos cómo establecer metas específicas y razonables, pero ¿cómo nos mantenemos en el camino? Nuestra guía tiene muchísimas recomendaciones, pero hablemos de dos maneras puntuales en que a menudo nos derrotamos a nosotros mismos: demasiados pensamientos positivos y muy poca autocompasión.

Los estudios han mostrado que, aunque el pensamiento positivo es importante para explorar futuras posibilidades, podría estar estancando tu progreso.

“Cuanto más fantaseemos y soñemos despiertos sobre nuestro éxito en el futuro, menos haremos en términos de alcanzar el éxito de verdad”, dice Gabriele Oettingen, profesora de psicología en la Universidad de Nueva York.

Así que tenemos ser positivos pero realistas. No confundas tu optimismo con los logros reales.

En cuanto a la autocompasión, se trata de esto: acepta el hecho de que probablemente tendrás resbalones, y sigue adelante cuando eso suceda. Despiértate a la mañana siguiente para tratar de seguir mejorando.

Nuestros lectores asiduos recordarán que a principios de este año los invitamos a que nos contaran sus propósitos para que nosotros, como comunidad, pudiéramos monitorear nuestros progresos. Ahora queremos hacerlo de nuevo.

Manda tus propósitos para el año 2018 a a ciertos medios de comunicación y escribe “propósitos 2018” en el asunto del correo o tuitéamelos a @timherrera. En febrero regresaremos con sugerencias, consejos y muchos más datos para mantenerte motivado.

 

 

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